Draxler, el 10 alemán
Una paradoja envuelve a la estrella del Wolfsburgo: Raúl le aplaudió tras la ida
El pasado miércoles, nada más complicarle la vida al Real Madrid, Julian Draxler (22 años) recibió un whatsap en el móvil:
–¡Enhorabuena crack, partidazo! –le decían.
Y él respondió, claro. ¿Cómo no iba a hacerlo?: quien le estaba escribiendo era Raúl.
Raúl González Blanco. Raúl, quien fue icono del Madrid (y tal vez vuelva a serlo más pronto que tarde: todo depende de lo que ocurra a medio plazo).
Menuda paradoja, ¿no? Resulta que el que fuera niño prodigio del Madrid –y excompañero de Draxler en el Schalke 04– acababa de felicitar al astro del Wolfsburgo, el conjunto alemán que, ahora mismo, tiene al Madrid (y sobre todo a Zidane) contra las cuerdas.
En fin, habrá que partir una lanza por Raúl: interpretemos que lo que le mueve, por encima de cualquier consideración, es el fútbol. Visto de esta manera, tal vez podamos comprender la situación.
Porque así tiene sentido: nadie que entienda de fútbol le haría ascos a un jugador como Draxler. Por partes. Metro noventa de estatura. Velocidad y decisión. Brillante juego de piernas: un surtido de bicicletas, croquetas y rabonas. Un bisonte en el carril izquierdo. Que se lo pregunten a Danilo, que lo sufrió en la ida. Lo vimos el miércoles, y lo podemos revisar siempre que queramos. Por las redes sociales circula el vídeo.
Que se lo pregunten, también, a cualquier directivo del Madrid. En su momento, los blancos ya habían estado porfiando por él: lo que pasa es que había que pagar 36 millones de euros al Schalke 04. Y quien acabó haciéndolo fue el Wolfsburgo.
Hasta ahora, ha habido divergencias entre los vecinos de la Volkswagen (apenas media medio kilómetro entre la central del gigante automovilístico y el Volkswagen-Arena: asomado al uno ves el otro). Que si Draxler es irregular y un punto antojadizo. Que si es demasiado tímido y no se lo creía. Que si nunca logrará que olvidemos a De Bruyne (el petrodólar hizo que el belga emigrase al Manchester City)...
Así, hasta las últimas intervenciones de Draxler. Según algunos, el punto de inflexión se produce a principios de febrero. Sucedió en la Champions, en la visita de los alemanes al Gante. La soberbia actuación de Draxler, con doblete incluido, dejó boquiabierto a su director deportivo, el célebre Klaus Allofs (lo recordará cualquier cuarentón aficionado al fútbol), que al fin se atrevió a vocear: “Draxler es lo mejor que puede ofrecer el fútbol alemán en este momento”.
Veremos qué ocurre hoy.