Saturados de presión
Están acostumbrados a jugar a la máxima presión. Los jugadores del Barça llevan muchos años disputando partidos en ambientes hostiles, jugando los títulos más potentes y sin poder relajarse. El resto de los grandes equipos, también. Forma parte del fútbol de élite que combina pasión, negocio, presión y juego.
La costumbre lo que hace es, sobre todo, limitar la sorpresa, pero la presión existe, no desaparece porque se haya jugado mucho tiempo con ella. Los futbolistas del Barça da la sensación de que están saturados de presión. De un tipo de presión que va más allá del juego de los títulos, los campos hostiles, los rivales intensos o las exigencias del músculo. En la última etapa se ha notado un cierto cansancio psicológico más que físico.
Esto no es la PlayStation. No son robots y el Barça ha sido uno de los clubs más golpeados por lo extradeportivo. Es imposible que las emociones del adiós de una figura como Cruyff no tengan ninguna influencia. Es difícil que Messi se abstraiga totalmente de salir en los papeles de Panamá, aunque su entorno haya contestado rápido y bien. Dos días antes de jugar ante el Atlético de Madrid, seguramente el partido más importante de la temporada, ha salido a la luz el contrato de Neymar. Esa es una presión añadida a la habitual del futbolista de élite.
El denominado virus FIFA, aquel que afecta al rendimiento de los jugadores cuando van con sus selecciones, no es menor. El central Mathieu cayó lesionado y Luis Enrique no le pudo alinear de lateral izquierdo para restar minutos a Alba en San Sebastián y debió utilizar a Sergi Roberto, un excelente jugador, con
Esto no es la ‘Play’; no son robots y el Barça ha sido uno de los clubs más golpeados por lo extradeportivo
otras capacidades (el gol en Anoeta fue de cabeza y el defensa francés es un buen futbolista en el juego aéreo).
Las selecciones de Brasil y de Argentina son emocionalmente muy complejas. La canarinha va sexta en su grupo y está luchando para clasificarse para el Mundial, cuando normalmente lo hacía sin problemas. El seleccionador es Dunga, un tipo duro, no especialmente amante del fútbol que habitualmente desarrolla el FC Barcelona.
Argentina también debe ganarse un lugar en este pre Mundial y vive un microclima en sus concentraciones. Pero han de jugar en campos que son patatales, sin que la poderosa Asociación de Fútbol Argentino (AFA) ponga coto a los desmanes. Messi, Neymar y Suárez jugarán la Copa América del Centenario después de las competiciones y el brasileño es posible que los Juegos Olímpicos. Sólo el gran carácter de ganadores de toda la plantilla blaugrana puede menguar el indudable efecto de saturación.