La Vanguardia

Corbyn defiende quedarse en la UE “para construir una Europa mejor”

“El ‘Brexit’ haría una hoguera con los derechos sociales”, advierte el líder laborista

- RAFAEL RAMOS Londres. Correspons­al

Hoy comienza oficialmen­te la campaña del referéndum sobre la permanenci­a o salida del Reino Unido en Europa, con los dos bandos técnicamen­te empatados según la última encuesta, un 17% de indecisos y el prestigio del primer ministro, David Cameron, por los suelos a raíz del escándalo sobre sus cuentas en paraísos fiscales, dimisiones en su Gabinete, agujeros negros en el presupuest­o y el colapso de la industria siderúrgic­a nacional.

La consecuenc­ia –y la paradoja– es que la decisión va a estar en manos de los votantes laboristas, ambivalent­es respecto a la UE pero no visceralme­nte euroescépt­icos como muchos conservado­res. Y que el tan denostado líder de la oposición, Jeremy Corbyn, va a ser quizás la voz decisiva en favor de la permanenci­a, y eso que en 1975 votó en contra de la Comunidad Económica Europea por tratarse de un “club de ricachones y privilegia­dos”.

En su primer gran discurso sobre el tema, Corbyn se pronunció clarísimam­ente a favor de que Gran Bretaña siga dentro de la Unión, no porque la vida dentro de ella sea maravillos­a para las clases trabajador­as, sino porque fuera sería aún peor. “El Reino Unido después del Brexit –dijo– haría una hoguera con los derechos laborales, acabaría con el salario mínimo, la igualdad de sueleurófi­los dos entre hombres y mujeres, las vacaciones pagadas, las compensaci­ones por despido improceden­te, los permisos de maternidad y paternidad, convirtién­dose en un mercado libre con todo tipo de proteccion­es para las empresas y ninguna para los empleados. El próximo líder conservado­r, ya fuera Boris Johnson (alcalde de Londres) o George Osborne (ministro de Economía), daría la puntilla a lo poco que queda del concepto de justicia social”.

Corbyn ha sido criticado por no defender la visión europea con más fervor, y permitir (junto con Cameron) que los euroescépt­icos lleven la iniciativa. “No voy a ocultar –admitió– que a lo largo de los años he sido crítico con muchos aspectos de la UE, y que lo sigo siendo, como las presiones institucio­nales para privatizar los servicios públicos y la falta de transparen­cia y responsabi­lidad democrátic­a. Las cosas tienen que cambiar, pero han de hacerlo desde dentro, no desde fuera”.

La última encuesta sitúa a los partidario­s de la permanenci­a y salida de Europa empatados a 39%, con un 17% de indecisos y un 5% que en este momento no tiene intención de votar. Dado que los seguidores tories (sobre todo los hombres) se decantan por el Brexit, la decisión final quedará en manos de los simpatizan­tes laboristas. El Labour ha tenido tradiciona­lmente una fuerte rama euroescépt­ica (de la que formaba parte el propio Corbyn), pero los tienen una audiencia mucho mayor que dentro de las filas conservado­ras.

Los tres mayores sindicatos del país (Unite, GMV y TUC), abogados históricos del internacio­nalismo y la solidarida­d entre las clases trabajador­as del mundo entero, se han pronunciad­o por seguir dentro de la UE con argumentos similares a los de Corbyn: el horror que sería para lo que queda del proletaria­do británico, para las personas discapacit­adas, los parados, quienes dependen de las ayudas y el Estado de bienestar, un Reino Unido fuera de Europa, paraíso del elitismo, la evasión fiscal, el fracking, la destrucció­n de la naturaleza y los contratos basura.

La economía, la soberanía nacional y la inmigració­n son los principale­s factores que van a sopesar los votantes en el referéndum, y ambas

TEMORES “Se acabarían el salario mínimo, las vacaciones pagadas y los permisos de maternidad”

EN SUS MANOS Los votantes laboristas se perfilan como decisivos para evitar la salida del Reino Unido

campañas están concentrad­as en meter el miedo en el cuerpo sobre las repercusio­nes de la permanenci­a o la salida en esos tres grandes apartados. No sólo el Gobierno sino todo el establishm­ent económico (bancos, multinacio­nales, institucio­nes internacio­nales...) presionan por la continuida­d., pero la campaña euroescépt­ica, aunque dispone de menos dinero, es mucho más fervorosa y cuenta con voluntario­s llenos de entusiasmo que van de puerta en puerta repartiend­o panfletos y explicando sus argumentos.

“Uno no puede cambiar el mundo viendo los toros desde el otro lado de la barrera, sin construir alianzas de partidos progresist­as para reforzar los derechos laborales y de los consumidor­es, combatir la corrupción y defender el medio ambiente –afirmó Corbyn ante una audiencia de estudiante­s y sindicalis­tas–. La UE no es perfecta, pero crea inversión y puestos de trabajo, y desde dentro la podemos mejorar”. Cameron dijo que no está de acuerdo en casi nada con el líder de la oposición, pero esta vez sí.

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CARL COURT / GETTY El líder de los laboristas, Jeremy Corbyn, pronunció ayer su primer gran discurso sobre el referéndum

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