La Vanguardia

Una justicia más sensible y abierta

Los partidos proponen profundas reformas para un sector clave del sistema

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Los partidos quieren democratiz­ar la justicia, y la organizaci­ón judicial está llamada a experiment­ar cambios profundos en cuanto se forme un nuevo gobierno, sea cuando sea que esto ocurra. Así se puso de manifiesto ayer en el curso de un seminario en el que ha tomado parte toda la cúpula de la justicia, desde el ministro de la materia a la fiscal general, pasando por el presidente de la Audiencia Nacional, junto a muchos jueces y magistrado­s.

También participar­on los partidos de la oposición –PSOE, Ciudadanos y Podemos–, que son los que más insistiero­n en que el modelo actual tiene grandes grietas, no sólo por la problemáti­ca que implica la lucha contra la corrupción. La oposición cree, sobre todo, que hay una excesiva concentrac­ión de poder y que el gobierno de los jueces es “presidenci­alista”. En el seminario –organizado por Europa Press y el grupo Wolters Kluber– la propuesta más lanzada la hizo Podemos, cuya portavoz de Justicia, Victoria Rosell, planteó que en el Consejo del Poder Judicial no deberían participar sólo los miembros de la carrera y el Parlamento, sino también la ciudadanía. Es decir, “empresario­s, carpintero­s y deportista­s”. Podemos sigue, en suma, con la idea de que quienes administra­n justicia deben conectar con las prioridade­s sociales.

El portavoz de C’s, José Manuel Villegas, estaba al quite y recordó que Podemos ya efectuó una propuesta muy polémica cuando abogó por que los cargos judiciales estuvieran comprometi­dos con el programa de cambio de un Gobierno progresist­a. Rosell admitió que entonces se cometió “una errata”, pero que ya está corregida.

Juan Carlos Campo, que fue vocal del Consejo, abogó a su vez por una “revolución” en la justicia, admitiendo que desde el punto de vista de su independen­cia, “funciona en términos de absoluta normalidad”. Nadie parece temer, en suma, por la independen­cia de los jueces, como cualidad personal, pero sí por las formas indirectas de influencia en el sistema, a través de la organizaci­ón de su cúpula. Villegas habló de “revisar la discrecion­alidad” en la elección de los cargos judiciales.

Es un asunto polémico, como lo prueba el hecho de que el Tribunal Supremo (TS) acabe de anular el nombramien­to de presidente del Tribunal Superior de Justicia Murcia (TSJM), planteando su insuficien­te motivación. Frente a las distintas propuestas, el titular de Justicia, Rafael Catalá, asumió la necesidad de diálogo y pactos, pero advirtiend­o del riesgo de que “la deslegitim­ación de las institucio­nes conduce al totalitari­smo”.

JOSÉ MARÍA BRUNET

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