Atención especial para profesiones que comportan riesgo a terceros
“La experiencia de 17 años del programa de atención del médico enfermo en Barcelona demuestra que es posible intervenir con la máxima confidencialidad en profesiones en las que la enfermedad grave no percibida puede poner en riesgo a terceros”, defiende el presidente del Col·legi de Metges de Barcelona, Jaume Padrós. La policía podría ser uno de esos colectivos. Los médicos y ahora también psicólogos, veterinarios, enfermeras y fisioterapeutas participan en estos programas de atención que garantizan el anonimato y la hospitalización ultradiscreta y a la vez permiten a los colegios profesionales actuar de oficio para exigir que estén de baja o que no vuelvan a trabajar si no es con cumplimiento terapéutico.
“A lo largo de estos años hemos instado la invalidez de 133 médicos por el riesgo que suponía que ejercieran, por su enfermedad. Y otros 227 han firmado contratos de control de ejercicio profesional con el COMB, sobre todo por adicciones”, enumera Padrós. “Pero el médico de familia que le da la baja a un paciente no tiene por qué saber que es un juez o un policía, muchos no se lo dirán, sólo que está enfermo. Por eso creemos que hacen falta programas especiales para profesiones que tienen esa incidencia sobre los demás”. El COMB presentó ayer un documento sobre los límites del secreto profesional a raíz de la tragedia de Germanwings hace un año. En él reflexiona sobre el equilibrio entre la protección de la intimidad del paciente y el daño a terceros y recomienda mucha cautela a la hora de romper ese compromiso con su paciente.
En el documento se propone la posibilidad de establecer un consentimiento informado cuando al ejercer su profesión, como en el caso del piloto, la enfermedad pueda convertirse en un peligro para otros. Y sobre todo, reclaman que la comunicación de las bajas –no del diagnóstico– se automatice y así el enfermo no pueda dejar de comunicarla.