Dos fallecidos y siete desaparecidos al derrumbarse un edificio en Tenerife
La planta baja fue objeto de obras que se pararon hace quince días por grietas
Una mujer de 77 años y una segunda persona hallada anoche fallecieron y otras siete personas, entre los que podría haber algún extranjero, continuaban ayer, al cierre de esta edición, desaparecidas al derrumbarse un edificio de cuatro plantas, un ático y un local en Los Cristianos (Arona) en Tenerife. Tres personas más y vecinos del edificio resultaron heridas de diversa consideración. Se trata de una mujer de 57 años y pronóstico grave, que residía en el ático; una mujer de 55 años, y que fue atendida por un atendida por un ataque de ansiedad en el lugar de los hechos y un hombre de 28, que resultó herido en un hombro por la caída de cascotes.
A última hora de ayer se desconocían aún las causas que provocaron el desplome del inmueble ubicado en pleno centro de esta localidad turística y que es uno de los más viejos de la zona. Fuentes cercanas indicaron que la estructura podría haber cedido precisamente por su antigüedad y la falta de mantenimiento. Según señalaron, en la planta baja del edificio, donde anteriormente existía una sucursal de Banesto, se iniciaron hace semanas unas obras de reforma para la apertura de un nuevo negocio que se pararon hace quince días por la aparición de “grandes grietas”. Ésta podría ser la causa del derrumbe si bien ayer, ninguna fuente oficial confirmó esta circunstancia. De hecho, el ayuntamiento de Arona no tenía constancia de ninguna licencia para obra mayor.
El terrible suceso podría haber tenido consecuencias aún mayores si hubiera estado abierto al público el supermercado de productos asiáticos que se ubica en el local del inmueble y que sufrió graves daños en su interior.
La falta de información fue la constante en una jornada en la que ninguna administración canaria facilitó datos sobre las posibles víctimas, si bien desde el primer momento el alcalde de Arona, José Julián Mena, habló de “tragedia”. Según justificaron, el edificio de 21 viviendas tenía censadas en el padrón municipal en torno a 60 personas. Sin embargo, al tratarse de una zona turística algunas de las viviendas estaban en régimen de alquiler, lo que dificultaba conocer con precisión el número de moradores. Las últimas cifras apuntaban ayer a 28 residentes, de los que 19, inclui- dos los tres heridos, fueron localizados con vida. “Es un edificio residencial con viviendas en alquiler por tanto los datos del padrón no son fiables”, argumentó el presidente del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso.
La información se fue recopilando a lo largo de todo el día de la mano de familiares y amigos de los residentes en el edificio y muchos de los cuáles no respondían a las llamadas. “Estamos contrastando la información que dan las familias pero por ahora no se sabe nada”, señalaba por la tarde el alcalde de la localidad, quien expresó su “consternación y tristeza” por el suceso.
Tras el derrumbe del edificio se procedió al desalojo de los vecinos de cuatro inmuebles colindantes como medida preventiva y por el fuerte olor a gas que se extendió por todo el área. De hecho,
El Ayuntamiento de Arona no tenía constancia ayer de ninguna licencia de obras en el inmueble
muchos vecinos pensaron en un primer momento que la caída del inmueble era consecuencia de una explosión de gas. “Sonó como si hubiera explotado una bomba. Cayó y luego se escucharon gritos que procedían de los escombros. Me recordó a las Torres Gemelas”, señalaba ayer un testigo, que aseguró que la escena “fue horrible”.
Desde un principio se montó un amplio dispositivo de más de 200 agentes y fuerzas de seguridad y medios sanitarios al que se incorporaron al mediodía 29 efectivos especializados en rescate de la Unidad Militar de Emergencia (UME) de la base de Gando, en la isla vecina de Gran Canaria, y cinco perros especializados en labores de búsqueda. El dispositivo se completó con psicólogos para atender a los familiares y diez traductores, ante la previsión de que entre las víctimas y heridos pudiera haber extranjeros.
La situación en la que quedó el edificio tras el derrumbe dificultó desde un principio el rescate. Las labores iniciales se centraron en apuntalar el inmueble.