Conexión interrumpida
Messi y Neymar han pasado de entenderse con la mirada a no encontrarse
Cuando la crisis de juego y de resultados del Barça suscita más preguntas que respuestas y no se da con una explicación futbolística certera del diagnóstico ni desde dentro ni desde fuera, existe el riesgo de que la rumorología se haga sitio. ¿Existe realmente un problema interno de vestuario entre las estrellas que justifique su repentina falta de química cuando si por algo destacaron fue por su irrompible relación personal? De momento no hay más evidencias que las que arrojan los números. Y repasados estos es obvio que la conexión, al menos en el campo, ha sufrido una radical interrupción durante los últimos partidos, con especial subrayado en la eliminatoria de Champions contra el Atlético.
Gracias a las estadísticas que elabora la UEFA se pueden contabilizar todos los pases de los futbolistas así como sus destinatarios. Tomando como referencia el desplazamiento del Barça a Londres de octavos de final para medirse al Arsenal (0-2) y contrastándolo con el partido del Calderón, se aprecia que Messi le dio el balón a Neymar en 11 ocasiones en el primer duelo por una sola vez en el segundo. Buscado el dato a la inversa, el brasileño conectó en el Emirates con su compañero hasta 14 veces, mientras que en Madrid lo hizo en cuatro. En el Camp Nou las cifras no son mejores. Contra el Arsenal Messi le dio a Neymar la pelota en 13 ocasiones; pero en el estadio barcelonista contra los de Simeone fueron siete. Es cierto que la defensa de los londinenses es blandengue comparada con la de los colchoneros, pero la diferencia es demasiado significativa como para no llamar la atención. Por último, Neymar buscó y logró conectar con el argentino 22 veces en el BarçaArsenal, 12 en el Barça-Atlético.
Más allá de los números está la elocuencia de las imágenes. La frescura general y un estado de forma que aterrorizaba al continente han dado paso a una versión inanimada del tridente, en especial la que hace referencia a Messi y Neymar. Suárez, autor de dos goles en la ida de la Champions y ausente de la derrota de Anoeta por sanción, no parece tan afectado por la falta de sintonía porque, además, su juego no es tan combinativo.
Temporalmente, hay un antes y un después del argentino y el brasileño a partir del parón internacional para disputar partidos con sus selecciones. No levantan cabeza desde su regreso. Neymar no marca desde su tanto de penalti en Vila-real. Messi, desde hace cinco encuentros. A los dos les cuesta horrores escapar de sus marcadores cuando esta temporada acostumbraban a superar zagas enteras a base de paredes y triangulaciones ejecutadas con rapidez o directamente haciendo uso de su gran regate.
Pero así como el dorsal diez cuenta con la comprensión de una mayoría del barcelonismo por su infinito legado, Neymar topa con la incomprensión, compartida ya en parte del vestuario, por su extraño bajón de rendimiento. Se le dio permiso para viajar a Brasil con la excusa del cumpleaños de su hermana, se desgastó con un solo partido en un desplazamiento posterior (no dos como Messi y Suárez) y regresó reclamando disputar Copa América y Juegos de Río. Demasiada petición a cambio de tan poco.
MÁS QUE UN DATO EN EL CALDERÓN El argentino le dio un pase al brasileño en todo el partido; en Londres contra el Arsenal, once