Lagarde defiende los tipos negativos y alerta del ‘Brexit’
La directora del FMI responde a las críticas procedentes de Alemania
La directora gerente del Fondo Monetario Internacional, Christine Lagarde, reconoció ayer en Washington que la última fase de la improvisada respuesta monetaria al peligro de estancamiento y deflación en las economías avanzadas, es “territorio sin mapa”. Es una buena frase para describir la economía mundial siete años después de la gran crisis financiera.
El Fondo ha defendido repetidamente esta semana al presidente del BCE, Mario Draghi, y las heterodoxas políticas monetarias que ha adoptado, concretamente la decisión de pagar a agentes económicos por endeudarse con el fin de estimular la actividad económica y prevenir caídas de precios. La política ha provocado protestas entre la banca y los ahorradores, sobre todo en Alemania. Algunos se preocupan también de que esta medida pueda provocar burbujas en mercados de activos como la vivienda ahora que algunos bancos escandinavos empiezan a ofrecer hipotecas sin interés. El FMI, sin embargo, teme algo mucho peor: que la falta de demanda en la economía europea y bajos niveles de inversión den paso a un largo periodo de crecimiento bajo, precios descendentes y deuda insostenible al estilo de Japón.
Consciente de estas reservas, Lagarde dijo ayer que “la política monetaria solo no es suficiente”, e instó a los gobiernos con “margen fiscal” a realizar inversiones públicas en infraestructura y a adoptar reformas estructurales. Es la llamada estrategia de las tres patas (monetaria, fiscal y estructural) que el FMI propone para prevenir una nueva fase de la crisis El responsable de análisis fiscal del Fondo Vítor Gaspar, instó a países con margen fiscal a invertir en infraestructuras Pero hay escaso margen económico o político para este plan. Según el nuevo informe fiscal del equipo de Gaspar, la deuda pública media en el mundo se sitúa hoy en el 107% del PIB, próximos a los máximos históricos registrados después de la Segunda guerra mundial.
Luis de Guindos el ministro de Economía español advirtió en una conferencia ayer que el margen para más expansión monetaria o fiscal es escaso. “Hay un límite para los tipos negativos”, dijo, destacando que “tienen efectos adversos”. Mientras, “con esos niveles de deuda, el margen para políticas fiscales es muy reducido, por lo tanto, hay que recurrir a reformas estructurales “añadió, poniendo como ejemplo a España. Pero hay motivos para pensar que gran parte del robusto crecimiento español se debe a una política de expansión fiscal que ha llevado el déficit español al 5%. El incumplimiento de los objetivos fiscales del Gobierno español no ha provocado un aumento de la prima de riesgo, precisamente “gracias a las políticas monetarias del BCE que está comprando bonos españoles”, dijo una fuente próxima al BCE en Frankfurt
Mientras, las políticas estructurales recomendadas por el FMI, –más desregulación del mercado de trabajo, liberalización y privatización, internacionalización– empiezan a chocar con el rechazo electoral en cada vez más países. En este sentido, el FMI mostró su preocupación ante lo que califica como “populismo”.
Por eso, en esta asamblea, el Fondo ha repetido un mensaje bastante alarmista sorbe el referéndum británico y la posibilidad de que el Reino Unido salga de la Unión Europea. “Existe un grave riesgo de que el Brexit tenga consecuencias negativas”, dijo Lagarde ayer. Lagarde llegó incluso a sugerir que la salida podría amenazar la paz en el viejo continente: “Tenemos que manteneros juntos cuando se tiene en cuenta la historia de Europa del último siglo”, dijo.
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