Puig factura 1.645 millones, un 9% más
El beneficio baja un 28%, por la integración de Gaultier y la inversión en marcas
Puig registró en el 2015 una facturación de 1.645 millones de euros, un 9% más que en el año anterior. El beneficio neto de la compañía fue de 126 millones, un 28% por debajo del año anterior: un resultado que obedece, según explicó ayer el presidente ejecutivo Marc Puig, a “los gastos asociados a la integración de Jean Paul Gaultier y al esfuerzo inversor para apoyar a las marcas del grupo”. Esta estrategia, dijo, tendrá un impacto negativo también en los resultados del 2016: “Sacrificamos el beneficio a corto plazo, con el objetivo de invertir más en nuestras marcas para crecer y de recuperarlo al final del plan previsto para el 2017”.
Puig tiene el objetivo de crecer un 33% en el periodo del 2014 a 2017, año en que deberá alcanzar unas ventas de 2.000 millones de euros. Para entonces, prevé también recuperar sus niveles anteriores de rentabilidad (en el 2014, el beneficio neto fue de un 11% sobre las ventas; en 2015, de un 7,6%). Actualmente, Puig se sitúa en la quinta posición del ranking mundial de perfumería selectiva, con sus marcas propias Carolina Herrera, Nina Ricci, Paco Rabanne, Gaultier, Penhaligon’s o L’Artisan Parfumeur (estas dos últimas, adquiridas a principios del 2015, aportaron una red de tiendas propias que ahora Puig ha potenciado), y licencias como Prada, Valentino, Comme des Garçons, y fragancias de marcas (Benetton, Pachá) o celebrities (Antonio Banderas).
El grupo, liderado por la tercera generación de la familia propietaria, gestiona desde enero de este 2016 las fragancias de Jean Paul Gaultier, firma de la que es accionista mayoritario desde el 2011 pero cuya licencia estaba en manos de Shiseido hasta el próximo junio; para recuperarla seis meses antes, Puig pagó el año pasado 90 millones de euros.
La multinacional catalana, que tiene filiales en 22 países y vende sus productos en más de 150, realiza el 86% del negocio fuera de España, donde las ventas crecieron un 8% en el 2015. Casi la mitad del negocio, un 47%, se genera en mercados emergentes fuera de la Unión Europea y Norteamérica: Rusia, Oriente Medio, o Latinoamérica. “Eso nos da ventaja porque son mercados donde crecemos
Para el 2017 el grupo mantiene el objetivo de facturar 2.000 millones y no descarta compras
más que otros competidores, pero también es un inconveniente, por la elevada volatilidad de las economías y las divisas”, explicó Marc Puig. Dos tercios de las fragancias se fabrican en Barcelona, un tercio en su fábrica de Chartres (Francia). En el 2015, Puig puso en marcha un programa de acción social a través de su fundación, con el compromiso de invertir 10 millones en proyectos en los próximos años.
El grupo, que sigue reforzando sus marcas en el mundo de moda por el impacto que generan en la construcción y venta de fragancias, se mantiene “abierto a oportunidades de adquisiciones, pero tienen que encajar muy bien con nuestra estrategia y crear valor”, apunta Marc Puig. En este 2016 esperan volver a crecer a doble dígito.