Las bases de Podemos rechazan pactar con PSOE y C’s
El sí rotundo al pacto de izquierdas limita el margen de maniobra de Iglesias
Hasta hace unos meses, Podemos aspiraba a ocupar lo que sus dirigentes llamaban “la centralidad del tablero”. Ahora, el masivo rechazo al pacto PSOE-Ciudadanos en la consulta interna celebrada entre el jueves y sábado pasado –saldada con un no del 88,23% a tal opción– cierra el paso a un acuerdo centrista del partido de Pablo Iglesias que incluya a la formación de Albert Rivera. Y, dada la contundencia de la negativa, cabe entender que lo cierra incluso para después de unas nuevas elecciones.
La cúpula de la formación de los círculos abandonó de un día para otro toda invocación a la centralidad o presunto centrismo de sus propuestas, de la misma manera que antes había hecho con las que en su momento habían sido constante alusiones y críticas a la “casta”. Hoy, cuando el partido lleva ya algún tiempo insistiendo en el concepto más etéreo de la “transversalidad”, esa idea puede darse por definitivamente muerta y enterrada en lo que se refiere a la posible ubicación de Podemos dentro del espectro de formaciones políticas españolas, sobre todo a efectos de acordar un gobierno; si las diferencias programáticas ya hacían difícil el entendimiento con Ciudadanos, el no tajante a este partido por parte de 131.561 simpatizantes entre un total de 149.103 que emitieron sufragios válidos en la consulta interna al respecto hace sencillamente intransitable dicha vía tripartita. La rotundidad de la respuesta viene reforzada además por una nada desdeñable participación del 38% sobre el total de 393.538 inscritos que tenían derecho a voto.
Pablo Iglesias vio no obstante colmado el objetivo que se marcó al convocar el referéndum, cuyos resultado anunció ayer en Zaragoza el secretario de Organización del partido, Pablo Echenique. Ese objetivo no era otro que legitimarse política y electoralmente al descargar en “la gente” la responsabilidad de rechazar el acuerdo con el tándem PSOE-C’s y, con ellos contribuir al adelanto de los comicios.
Los dirigentes del partido de los círculos también se vieron ayer plenamente respaldados en su propuesta de un gobierno de coalición con el PSOE conjuntamente con las confluencias de En Comú Podem y En Marea, más Izquierda Unida y Compromís. A esta opción, enunciada en la segunda de las dos pregunta formuladas en el referendo, los inscritos de Podemos le otorgaron un apoyo del 91,79%.
Iglesias limitó a un simple tuit su reacción ante el abrumador saldo de la consulta: “Un 88,23% de nuestros militantes dicen NO al pacto Rivera-Sánchez. El PSOE debería preguntar ahora a sus bases sobre nuestra propuesta”, escribió.
En la presentación de los resultados, Echenique insistió en el aderezo con que los comunes vienen sazonando todas sus intervenciones en torno a la deseable formación de un nuevo Ejecutivo: “Tenemos la mano tendida y estamos dispuestos a negociar el Gobierno de cambio”, dijo Echenique dirigiéndose a los
El 88% de los votantes rechazó el acuerdo Sánchez-Rivera, y el 92% apoyó la coalición de Podemos y el PSOE Iglesias desafía a los socialistas a que sometan a sus bases la propuesta de acuerdo con el partido morado
socialistas. “Soy algo escéptico, por la hemeroteca”, es decir, “por los que han hecho hasta ahora”, añadió. “Pero tengo esperanza de que el Partido Socialista corrija el rumbo”, volvió a matizar.
En esta dinámica ya harto repetitiva y previsible, es probable que Iglesias y sus diputados reiteren hoy en el Congreso su argumento sobre cómo las votaciones en la propia Cámara Baja van reflejando las coincidencias entre Podemos y el PSOE, muy por encima de las que los socialistas encuentran en el hemiciclo con Ciudadanos. Los miembros del partido morado tendrán la ocasión de repetir esta idea cuando, igual que sucedió con la propuesta de Sánchez de paralizar la Lomce y luego con la ley de Emergencia de Iglesias, ellos y el PSOE apoyen hoy al unísono la toma en consideración de una proposición de ley de ERC para rebajar de los 18 a los 16 años la edad de voto.
Está igualmente garantizado que socialistas y podemistas se responsabilizarán a la recíproca del fracaso en el intento de “desalojar” del Gobierno a Mariano Rajoy y el PP, y, por consiguiente, de la casi segura repetición de las elecciones.