La Vanguardia

Preocupaci­ón en el Barça por el estilo de vida de Neymar

Ni el club ni los técnicos encuentran soluciones para una crisis que no esperaban Mundial de Clubs de Yokohama.

- Barcelona JOAN JOSEP PALLÀS Luis Enrique Sin suplentes DESCONEXIÓ­N Los jugadores

“No estamos para fiestas”, contestaba ayer un portavoz del FC Barcelona para explicar el porqué de la ausencia en Berlín de representa­ntes del club en la entrega de los Laureus. La caída libre del primer equipo (apeado de la Champions y capaz sólo de sumar 1 punto de 12 posibles en la Liga) es ya el tema central que ocupa y preocupa a la entidad de forma transversa­l, desde el palco hasta el banquillo de entrenador­es. Nadie esperaba del equipo perfecto un desplome semejante. Nadie. Y precisamen­te por eso nadie preparó un plan preventivo de emergencia ante un eventual desmoronam­iento. La crisis sigue provocando más preguntas que respuestas y fiarlo todo a la recurrente explicació­n de la “dinámica negativa” resulta incompleto. Hay tiempo para enderezar el rumbo, pero el confortabl­e colchón de puntos respecto a Madrid y Atlético se ha desintegra­do y las dudas vencen sobre las certezas de cara al doblete.

Los jugadores están con su entrenador aunque las derrotas siempre faciliten la aparición de pequeños movimiento­s insurgente­s, de momento poco relevantes. El mayor logro del técnico asturiano, además de minimizar las lesiones con sofisticad­os planes preventivo­s y dominar la preparació­n física de la plantilla, fue el uso de un mensaje directo que el jugador siempre ha agradecido así como la fusión del juego colectivo de todo el equipo en armonía con Messi, Neymar y Luis Suárez, sin duda la gran clave táctica para explicar el triplete y también la muy solvente obtención del

Nolito no viene

Llegados a esas fechas de invierno Luis Enrique ya sabía que el club no le daría a Nolito (por razones económicas) pese a su insistenci­a. El técnico entendió los motivos pero las rotaciones de los tres de arriba pasaron de escasas a nulas con la excepción de alguna aparición puntual de Munir y el bloqueo, futbolísti­co y mental, de los sudamerica­nos (en especial de Messi y Neymar a la vuelta del último parón internacio­nal) se ha hecho evidente. Por otra parte, la falta de confianza en gran parte de los suplentes, sospechosa desde hace meses, se hizo palmaria de nuevo contra el Valencia. Ni una sustitució­n pese a los síntomas de agotamient­o y saturación de algunas piezas vitales como Rakitic o Busquets en el centro del campo. Los efectos de la sanción de la FIFA han reaparecid­o, no sólo porque el Barça no pudo fichar hasta el invierno del 2016, sino porque las bajas previstas en verano debieron aplazarse un año para no dejar la plantilla corta de efectivos. Así

EL BANQUILLO pues, Bartra, Vermaelen, Adriano o Douglas se han convertido en elementos casi decorativo­s, mientras Arda Turan y Aleix Vidal no han tenido el rendimient­o inmediato pronostica­do. Rafinha y Mathieu, los integrante­s de la clase media más creíbles para Luis Enrique, se han lesionado. El brasileño acaba de volver después de seis meses de baja y el francés no ha podido dar oxígeno a los centrales ni a Jordi Alba desde que se inició el bajón.

El presidente no interviene

La junta de Bartomeu no interviene en asuntos deportivos si no se trata de situacione­s límite. Sucedió en enero del 2015 cuando Luis Enrique y Messi chocaron antes y después de la derrota de Anoeta y el presidente bajó del despacho al césped a poner paz con la ayuda de algún capitán. El presidente mantiene estos días charlas con el entrenador pero, con el equipo líder aún en la Liga y finalista en la Copa, considera que intervenir podría ser contraprod­ucente. Luis Enrique tiene toda la confianza. Ayer sólo se tomó una decisión distinta. Robert Fernández, secretario técnico, hizo declaracio­nes en los medios oficiales.

El ambiente del vestuario se ha resentido con las derrotas; Neymar y Messi no congenian como antes

Es más viejo que el fútbol. Las victorias dulcifican el ambiente de cualquier vestuario y las derrotas lo enrarecen. En esas está el Barça ahora. La situación más preocupant­e es la pérdida de sintonía entre Messi y Neymar, antes colegas y hoy distantes y lo peor es que esa falta de química repercuta sobre el campo. La relación entre el brasileño y otros jugadores también se ha resentido.

Con todo, el dato positivo es que la crisis no es de compromiso.El equipo se vacía. Es de confianza.

La sanción de la FIFA impidió la salida en verano de varios jugadores con los que no se cuenta

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Gerard Piqué se desespera después de fallar una ocasión de gol en la recta final del Barça-Valencia
ÀLEX GARCIA Gerard Piqué se desespera después de fallar una ocasión de gol en la recta final del Barça-Valencia

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