Investigar en España
Ciro Cabal es un investigador al que aquí le han negado una beca hasta en diez ocasiones; sin embargo, al presentar el mismo proyecto en Princeton se la concedieron a la primera. Lo mismo le ocurrió a Mario Lebrato, al que un buen día llamaron desde California. Hoy los dos están trabajando en sus sueños y haciendo grande a Estados Unidos.
No nos hemos curado de aquella ignorancia de “que inventen ellos”, una actitud que ha hecho que España llegara tarde y mal a todos los avances científicos de los últimos siglos. Obviamente, estamos en nuestro derecho de no apostar por la ciencia, como tampoco todos los pueblos que dominaban el bronce decidieron cambiar al hierro, pero deberíamos valorar bien las consecuencias de tal decisión. ¿Dónde están los que prefirieron seguir con el bronce? Aniquilados por los que apostaron por la nueva tecnología. ¿Cómo quedará España en un mundo globalizado cuando la competencia asiática, más productiva y barata, acabe con nuestra industria? ¿Y cuando tengamos las empresas obsoletas por
no permitir que la generación más preparada de nuestra historia acceda al mercado laboral?
Afortunadamente, no seremos aniquilados, alguien seguirá necesitando camareros y albañiles, lo único que a este país parece interesarle. MIQUEL GONZÁLEZ Manresa