Un Mario Vaquerizo más reflexivo publica nuevo libro
Mario Vaquerizo reflexiona sobre la sociedad actual en su libro ‘Vaquerizismos’
En el Sant Jordi del 2012 fue uno de los grandes triunfadores si hay que hacer caso a las interminables filas de lectores, aficionados y curiosos que se dieron cita para que les firmara un ejemplar del que en ese momento era su primer libro, Haciendo majaradas. Comenzaba a estallar en toda su intensidad el fenómeno Mario Vaquerizo y el paso de los años no ha hecho más que acrecentarlo. Ahora acaba de publicar su tercera entrega libresca, un Vaquerizismos (Espasa) que le permite opinar y reflexionar sobre cuestiones generales muy actuales, una especie de declaración de principios.
Pare el marido de Olvido Alaska Gara, periodista, protagonista de realities, opinador en programas televisivos de enorme audiencia como Sálvame y, desde el principio, mánager de Alaska, el secreto de su vida pública es claro: “La profesionalidad es lo que nos salva la vida y la educación y el reírse de uno mismo; siempre me han dejado hacer todo lo que he querido porque siempre he sido muy sincero y me he mostrado tal como soy, y eso al final a la gente es lo que les gusta. Siempre he tenido muy presente ser profesional en todo, como marido, amigo, estudiante, periodista, también como hijo”, asegura.
¿Y ser padre? “Me hubiera encantado ser padre, pero no iba a estar a la altura”, asegura. “Tengo 41 años y para ser padre también tienes que tener energía y con 45 años la energía se va minando. Y yo quiero que el hijo tenga un padre y no un abuelo. Además, la vida que llevo es un poco incompatible con la idea que tengo de ejercer de padre, que es un padre con una estructura familiar muy arraigada y organizada y con unas claras pautas de comportamiento para los niños en sus momentos de ocio”.
Y la educación le trae de cabeza. “Con lo de las hipotecas, la casa y el trabajo, los padres no acaban educando a los hijos y eso queda en manos del colegio. A mí en el colegio me enseñaban y me culturizaban y en casa me educaban. Por suerte, he conocido a padres que no pasan por allí y tienen unos hijos educadísimos y perfectos y que curiosamente no tienen móvil”. “¿Mis padres? No han sido dogmáticos, ni hippies ni de Cristo Rey”, subraya.
Sobre sus opiniones políticas, asegura: “No creo que interesan mucho a nadie, hay cosas que digo que y otras que no. Hay cosas de la izquierda que me apasionan, pero otras me repatean. Por ejemplo, estoy en contra de que quieran volver a poner el impuesto de transmisiones y de la privatización de la educación y la sanidad. Y cuando digo que Esperanza Aguirre me parece el mejor animal político que hay, me han llamado facha, puto derechista. Mira, abogo por la educación, la tolerancia y en contra de lo políticamente correcto”. Y no acaba aquí. “Pero sobre todo estoy a favor del sentido común y este te lo encuentras en la derecha y en la izquierda. Y como tengo un ADN marciano vivo a mi rollo, manteniendo mi esencia, eso sí, que es la de no tener ningún prejuicio. Y te aseguro que nunca hago un personaje; yo soy así, pero como soy profesional sé lo que hay que hacer en cada momento”.
Y habla de las putas que ejercen porque les apetece y de que “ser maricón no es ninguna deshonra y es lo que he acabado descubriendo con el paso de los años”. Y habla, y sigue hablando...
“Abogo por la tolerancia y la educación, pero estoy en contra de lo políticamente correcto”, resume