Blanes y Lloret dicen no a la ampliación de la C-32
Los alcaldes señalan que el resultado de la consulta no permite exigir al Govern que paralice la obra por la escasa participación
El no a la prolongación de la autopista C-32, que el domingo se impuso con un 76,3% de los votos –aunque con una baja participación– en la consulta popular celebrada en Blanes y Lloret de Mar es una muestra de lo que opina parte del territorio acerca de esta infraestructura, pero los alcaldes de ambas poblaciones advirtieron ayer que el resultado no permite exigir a la Generalitat que se paralice el proyecto porque no es “representativo”.
En total participaron 3.660 personas, 1.269 en Lloret y 2.391 en Blanes, que suponen un 3% y un 7% de la población, respectivamente. El alcalde de Lloret, Jaume Dulsat, y el de Blanes, Miquel Lupiáñez, coinciden en señalar que la participación ha sido escasa y que no tiene sentido alterar el calendario de una obra que califican de “necesaria” para mejorar las conexiones entre municipios en esta zona de la Costa Brava.
Territori i Sostenibilitat, que con la aprobación de los dos ayuntamientos selvatanos y el de Tossa de Mar y Tordera ya dio luz verde al proyecto, declinó ayer a hacer valoraciones sobre el resultado del referéndum no vinculante porque quiere contactar antes con los alcaldes de las poblaciones afectadas y estudiarlo.
La plataforma ecologista Aturem la C-32, en cambio, reclama al departamento el compromiso adoptado por el exconseller Santi Vila, quien aseguró que si no había consenso en esta autopista, de 6,5 kilómetros y que supone una inversión de más de 77,6 millones de euros, los recursos se destinarían a otros proyectos. La plataforma advierte que es una “amenaza para parajes naturales de la zona, como Sant Pere del Bosc o Les Alegries”.