Badalona, contra los efectos del botellón en Can Ribó
El Ayuntamiento de Badalona ha iniciado la elaboración de un proyecto, avalado por los vecinos del barrio Iris-Sol-Casagemes, que pretende la reordenación de la calle Orient con el objetivo de apaciguar el tráfico con una plataforma única de prioridad para peatones. Además se contempla una mejora en el alumbrado y la urbanización de una nueva plaza en el antiguo solar de la Unió Vidriera, pendiente de acoger una promoción de pisos. La actuación municipal busca reducir los efectos del botellón que los fines de semana sufren los vecinos por su proximidad con la zona de ocio nocturno del polígono de Can Ribó.
El concejal del ámbito Badalona Habitable, Oriol Lladó, y la concejal del distrito primero, Laia Sabater, junto con representantes vecinales participaron en el proyecto de pacificación de la zona. Lladó agradeció que “los vecinos de esta zona sean tan activos y participativos” por lo que le ha sido relativamente sencillo “recoger las inquietudes de los residentes” especialmente referidas al incivismo de aquellos que acuden a las discotecas que dejan un resto de suciedad, sin contar con los daños que provocan en el mobiliario público y los vehículos estacionados. Lladó asegura que “son los vecinos quienes mejor se conocen las dinámicas del espacio”, por lo que está convencido del éxito del proceso de colaboración que permite un mejor diseño de los espacios.
En este sentido, las consecuencias del botellón provocan un gasto añadido a las arcas municipales. Según el Consistorio, la reparación de los efectos de este tipo de prácticas nocturnas supone un sobreesfuerzo en el presupuesto municipal de hasta 100.000 euros, sin tener en cuenta las actuaciones incívicas que, como la quema o la destrucción de contenedores de basura, puede suponer un coste superior a los 125.000 euros.