Bambas en la alfombra roja de los Laureus
Los ‘Oscar del Deporte’ propician contrastes de traje y calzado
En esta alfombra roja se han visto pocos tacones de aguja. Los había, pero buena parte de las invitadas a la gala de entrega anoche de los premios Laureus de Deportes, celebrada en un palacio del recinto ferial de Berlín, secundaron a muchos de sus colegas varones, y se calzaron zapatillas deportivas para una ocasión muy especial. Vestidos vaporosos de gasa que dejaban asomar bambas de colores, y trajes de caballero con pajarita combinados también con calzado deportivo. Motivo: dar tirón mediático y en las redes sociales (con la etiqueta #sneakersforgood) para subrayar la vocación solidaria que envuelve a los Laureus.
Les llaman los Oscar del Deporte, y en la gala no falta ningún ingrediente del glamur que rodea a las grandes ceremonias de premios de cine, incluido el humor del conductor de la gala, mucho menos sangrante –eso sí– que el que se gastan en otros espectáculos. En esta decimoséptima edición de los Laureus, el presentador, el actor estadounidense Bill Murray, echó mano de la ironía para proclamar: “Como atleta de clase mundial, estoy en mi mejor momento en una situación como esta. Para esto me he entrenado”. Despertó risas y complicidad entre un público benigno, casi tantas como cuando se vistió de María en la película Sonrisas y lágrimas y cantó entre gorgoritos The Sound of Music.
Pero el simbolismo de las zapatillas siempre estuvo ahí. Una glorias deportiva como el exatleta Edwin Moses, de 60 años, ahora presidente de la Academia de Deportes Laureus, se las puso entusiasta: “Me he pasado la vida en zapatillas en el tartán, así que estoy como en casa llevándolas; una vez se me soltaron los cordones en una carrera, y desde entonces soy un experto en hacer doble lazo”. También las calzaban los exfutbolistas Carles Puyol –acompañado de su pareja, Vanesa Lorenzo– y Raúl, ambos miembros de la Academia.
En una ceremonia transmitida a 160 países, Daniel Brühl, el alemán más barcelonés –con zapatos negros– dio la entrada a Niki Lauda, de 67 años, tres veces campeón del mundo de fórmula 1, quien recibió el premio Laureus a la carrera, con bambas en los pies. Se lo entregó Lewis Hamilton, alguien del mismo gremio, también calzado con bambas. Como también las lucía la que fue patinadora Katarina Witt, que optó por un traje de rayas de diplomático.
Estaban más grandes figuras, como la gimnasta del primer 10 de la historia, Nadia Comaneci, también integrante de esta academia –cuyo largo vestido rojo escondía el calzado elegido–, y el también miembro y gran raqueta del tenis, Boris Becker. Y la nota local: el alcalde de Berlín, Michael Müller, en su papel institucional, prefirió zapatos negros.