Un espadachín para Dagoll Dagom
Las aventuras de ‘Scaramouche’ en la Francia de la Revolución serán el nuevo gran musical de la veterana compañía
Dagoll Dagom cambia de héroe. Deja por un tiempo al enamorado pirata Saïd surcando el Mediterráneo y se lanza en tromba a vivir las aventuras de un habilidoso espadachín enmascarado. También cambia de época, aunque no deja la gran Historia: para su nueva megaproducción, que llegará el 23 de septiembre al teatro Victòria, abandona los enfrentamientos entre musulmanes y cristianos de Mar i cel para irse a la Francia de la Revolución. A los enfrentamientos entre el pueblo y los privilegiados. A la figura de Scaramouche, el personaje creado por el novelista suizo Rafael Sabatini que quedó inmortalizado en el cine por Stewart Granger junto a Eleanor Parker y Janet Leigh.
Y que ahora Dagoll Dagom, la compañía que desde hace décadas es el símbolo del musical en Catalunya, va a transformar en el protagonista de un musical completamente nuevo. Una historia de aventuras, amor, revolución, commedia dell’arte y muchos combates de capa y espada dirigida por Joan Lluís Bozzo. La historia de un héroe, dice el director, que busca la justicia convirtiéndose en el azote de la nobleza y los poderosos. Un Scaramouche que prepara ataques y lleva a cabo acciones de gran heroicidad con la cara enmascarada en tiempo de la revolución. Y que además es un gran espadachín, lo que da a la obra una dimensión espectacular.
El montaje contará, como el ya clásico Mar i cel, con música de Albert Guinovart. Porque de hecho la idea inicial de llevar a las tablas esta historia fue del propio compositor, quien desde hace años pensaba que la película Scaramouche tenía estructura de musical. Se lo comentó a Bozzo, que pensó que podría ser unos de sus próximos proyectos... hace más de una década. El problema es que sucedió lo inesperado: en aquel momento otra compañía decidió montar su propio Scaramouche en Madrid, y les pareció que no tenía sentido que hubiera una en cada ciudad. La obra, dice Bozzo, se fue “al cajón de los proyectos por hacer, que está lleno de cosas que se acumulan desde hace 35 años, obras que sacamos de vez en cuando del cajón, las miramos, muy bonitas, y al cajón de nuevo”.
Pero esta ha acabado saliendo definitivamente del armario. Gracias, explica Anna Rosa Cisquella, productora ejecutiva del nuevo desafío de la compañía, a que la excepcional marcha de la última reposición de Mar i cel les ha permitido ahorrar un dinero que ahora pueden emplear
Albert Guinovart, compositor de ‘Mar i cel’, tuvo la idea del nuevo proyecto, que se estrena en septiembre
en arriesgarse a fondo en una producción espectacular. Un montaje que necesita de 18 actores en escena –realizan los castings finales estos días–, músicos en directo y un centenar de vestidos, incluidos los de los nobles. Y una escenografía contundente –no quieren que sean como las conceptuales que se llevan tanto ahora– que debe recorrer desde un gran teatro a las revueltas en las calles de París o la catedral de Notre Dame. Para que Scaramouche luzca no faltará, claro, un maestro de esgrima, que será Jesús Esperanza, justo el que se encargó de formar a los actores del montaje de Madrid que llevó a Dagoll Dagom a meter su proyecto en el cajón.