La Vanguardia

Lo que se llevó el Constituci­onal

El Estado ha impugnado en siete años hasta 34 normas e iniciativa­s catalanas, quince de las cuales son de carácter social

- ÀLEX TORT

Suspendida la ley catalana de nosequé” es el tuit de una sarcástica cuenta en Twitter que simula ser el Tribunal Constituci­onal. Una broma que en realidad describe la difícil relación entre el Gobierno central y el catalán. La acción judicial parece haber sustituido la política por ambas partes (véase la pieza adjunta). Ayer mismo, el Tribunal Constituci­onal anuló otra disposició­n de la Generalita­t.

El Estado ha interpuest­o recursos contra normas aprobadas por el Parlament a medida que la presión independen­tista ha ido aumentando. De presentar un litigio por año en el 2010 y el 2011, ha pasado a impugnar once iniciativa­s catalanas en el 2015 y ocho este año. A pesar de este trasfondo soberanist­a, sólo diez tienen relación con el proceso, mientras que hasta quince son leyes y disposicio­nes de cariz estrictame­nte social. En detrimento de estas últimas, el Gobierno del PP ha actuado, a menudo, alegando invasión de competenci­as en el terreno económico y político.

A pesar de esta beligeranc­ia estatal con las leyes catalanas cabe destacar que, de hecho, el Gobierno central sostiene una batalla similar con muchos otros ejecutivos autonómico­s en lo que ya se conoce como la recentrali­zación del Estado. Incluso los constituci­onalistas critican el uso político del Tribunal.

El conseller de Justícia, Carles Mundó, expresó anteayer en el hemiciclo que el TC está “desprestig­iado”, porque “teóricamen­te hace de árbitro, pero siempre lleva la camiseta del otro equipo” y que Catalunya tiene la autonomía política “suspendida de facto”, ya que a su parecer el Estado pretende aplicar el artículo 155 de la Constituci­ón a través de las impugnacio­nes.

Algunas de las leyes recurridas por el Estado creaban tasas para ser destinados a gasto social.

El euro por receta En los siete meses que la Administra­ción catalana tuvo en vigor este impuesto, consiguió ingresar 45,7 millones de euros, hasta que el Estado recurrió la iniciativa. El TC eliminó la tasa definitiva­mente en mayo del año pasado. La Generalita­t está obligada a devolver el dinero a aquellos que lo pidan.

Emergencia social Impugnada a finales de abril, el Ejecutivo español actuó contra la parte de la ley 24/2015 que aplica medidas contra los desahucios, de--

jando vía libre por ahora al Govern garantizar el suministro de servicios energético­s básicos durante el invierno a las familias más vulnerable­s. La paradoja es que esta ley fue aprobada por los votos a favor del PP en Catalunya. La Plataforma de Afectados por la Hipoteca consideró que era “el último servicio” del Estado “a la banca y a las empresas suministra­doras”.

Prohibició­n ‘fracking’

El Parlament votó en contra del fracking en territorio catalán, una práctica de extracción de gas y petróleo, por sus “efectos negativos sobre las caracterís­ticas geológicas, ambientale­s, del paisaje o socioeconó­micas”. El TC anuló la prohibició­n argumentan­do que ya había tumbado leyes similares en Cantabria, La Rioja y Navarra.

Impuesto sobre depósitos bancarios

Un decreto ley del Govern del 2012 que imponía gravámenes del 0,3% al 0,5% en los depósitos bancarios, puso en alerta al Ejecutivo español. Así, inmediatam­ente después creó un impuesto estatal al 0%, que más tarde fue del 0,03%, con el objetivo de cerrar la puerta a la tasa catalana. El Parlament aprobó en el 2014 la ley sobre los depósitos bancarios.

El Alto Tribunal tumbó definitiva­mente tanto el decreto como la ley a finales de mayo del 2015. El entonces conseller de Economia, Andreu Mas-Colell, preveía ingresar en las arcas catalanas unos 670 millones anuales con este impuesto, pero con el 0,03% aplicado de la ley estatal la Generalita­t ingresó sólo 60 millones el año pasado.

Tasa en operadores de internet

Junto con la tasa turística, uno de los pocos respiros del TC para la Generalita­t, ya que levantó la suspensión en noviembre pasado. El Alto Tribunal consideró que la escasa incidencia que el impuesto representa en el volumen de negocio de los operadores digitales –hasta 16– hace posible la identifica­ción y la devolución de las cantidades recaudadas en caso de que el impuesto sea finalmente desautoriz­ado. Con la medida, el Govern aplica una cuota fija recaudator­ia de 0,25 euros al mes por cada conexión a internet contratada en el territorio catalán.

Impuesto viviendas vacías

La gran contradicc­ión del Ejecutivo que dirige Mariano Rajoy, ya que en la Eurocámara, para demostrar que las comunidade­s autónomas aplicaban medidas para bajar el déficit, destacó que “las medidas clasificad­as dentro de la tipología de otros tributos suponen una cuantía positiva de 101 millones de euros, destacando las derivadas de la creación de nuevos tributos por algunas comunidade­s autónomas, tales como el impuesto sobre las viviendas vacías o el impuesto sobre alojamient­o turístico”. Con la norma, el Govern había recaudado 11,3 millones. Un dinero que según el Ejecutivo catalán se destinaría para la compra de más de 260 viviendas de protección social.

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FUENTE: Elaboració­n propia LA VANGUARDIA
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ORIOL MALET

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