West Point desiste de castigar a las 16 cadetes negras del puño alzado
La investigación concluye que su gesto posado no implica una intención política
Sin castigo. La academia militar de West Point anunció que no sancionará a las 16 cadetes negras que posaron con el puño alzado para festejar su graduación.
Desde que la semana pasada trascendió que estas mujeres –retratadas con el clásico uniforme gris– eran objeto de una investigación, las muestras de consternación por esta iniciativa fueron mucho más reiteradas que las de apoyo a la pesquisas por su supuesta expresión política.
En diversos sectores, y no sólo civiles, se habló de una tormenta en una taza que sólo podía contribuir a obstaculizar los esfuerzos por integrar a las mujeres en la escuela del ejército –80% son hombres– y a los afroamericanos –el 70% de los estudiantes son blancos–. También se cuestionó que no se habría hecho ninguna interpretación, más allá de la festiva, en caso de que las protagonistas fueran mujeres blancas.
Según la conclusión oficial del caso, el gesto captado en la imagen corresponde a una expresión “de unidad, solidaridad y orgullo” colectivo que no viola la regulación en que se prohíbe adoptar posturas políticas. “No fue algo inapropiado”, sostuvo el investigador encargado del asunto.
“A partir de las evidencias, ninguna de las participantes trató mediante esta acción de mostrar apoyo a ningún movimiento”, indicó en su redacción. Las 16 se graduarán el próximo día 21.
Una vez que se difundió la fotografía –no hace más que repetir un posado que se remonta a generaciones, a finales del siglo XIX–, diversos blogueros incendiaron las redes sociales al denunciar que las 16 mujeres estaban dando apoyo al colectivo denominado Black Lives Matter surgido contra la supuesta brutalidad policial que sufren los afroamericanos.
El ademán del puño alzado es uno de los símbolos del Black Power y una de las señas de los Panteras Negras liderados por Malcolm X. Pero su simbolismo se asocia, además, a las celebraciones y a los logros. Es una acción que forma parte de la cultura pop.
Pese a la exculpación, la polémica deja una sombra. El teniente general Robert Caslen jr., superintendente de la institución, consideró en una carta que las fotografiadas no son merecedoras de una sanción, pero no pierde la ocasión de reprenderlas.
“Como miembros de la profesión de las armas –escribió el teniente general, según reproduce el The New Yok Times–, hemos de mantener una alto estándar donde nuestras acciones son constantemente observadas y escrutadas por la sociedad”.
Aunque les absuelve, les responsabiliza de haber bajado la guardia al no entender que “un símbolo o un gesto que un grupo de personas interpreta sin maldad alguna puede causar ofensa en otros”. De esta manera les alecciona que “no podemos permitirnos, como oficiales del ejército, el lujo de la falta de consideración sobre cómo nos perciben”.
Según el investigador, la imagen de la discordia es una de las tres que se sacaron. Al decidir alzar los puños, alguna mostró dudas sobre esa iniciativa.
Un mando les afea que no pensaran al sacarse la fotografía que su acción podía ser malinterpretada