Y los bomberos trajeron a Osman
El niño refugiado afgano de siete años y con parálisis cerebral es, al fin, atendido en el hospital La Fe de Valencia
Ata Mohammad ofrecía ayer, emocionado, abrazos a todo aquel que tenía al lado. A médicos, enfermeras, bomberos, colaboradores y autoridades. Y repetía una y otra vez “gracias”. Lo hacía porque, después de meses de calvario, tras miles de kilómetros recorridos a pie y en barco, con accidente incluido, después de vivir experiencias terribles, su familia, y en especial, su hijo, Osman, de siete años, de once kilos y con parálisis cerebral, recibía los cuidados que necesitaba. “Osman está estable y tranquilo”, anunciaban los médicos.Y a salvo.
Porque la historia de la odisea de Osman, que en la noche del martes ingresó en el hospital La Fe de Valencia, es la historia de un absurdo, y de una tragedia. El absurdo de una Europa que niega la acogida a los refugiados, como ayer subrayaban miembros de la oenegé Bomberos en Acción que han capitaneado esta misión con la ayuda de la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR). Y la tragedia, saber que hay centenares de miles de personas a la espera de superar la dramática situación en la que se encuentran.
Osman era uno de ellos. Su familia, compuesta por cinco miembros –tiene dos hermanos, de 8 y 9 años–, huyó de Afganistán, de la guerra, para sobrevivir. Cuando llegaron a Turquía, se hundió el barco que los transportaba a Grecia; un trágico suceso en el que el niño tragó mucha agua y empeoró su estado de salud. Ya en tierras griegas quedaron atrapados en el campo de refugiados de Idomeni.
Allí se instalaron en una tienda de campaña “Quechua para dos personas”, recordaba Ernesto Al- mabro, miembro de Bomberos en Acción. Son los mismos agentes que se preocuparon por buscarles una tienda más espaciosa “para dignificar su vida”, con un ventilador y luz. Y que se interesaron por el estado de salud del pequeño. “Su situación era crítica”, subrayaba.
Bomberos en Acción se movilizaron (vía Change.org, donde lograron recopilar 168.000 firmas) y le construyeron una silla especial con ruedas adaptadas para su traslado. Después llegó la presión internacional, la colaboración del Ministerio de Exteriores y, después de “muchas trabas burocrá- ticas”, se ha logrado llevar al pequeño a Valencia. La Generalitat Valenciana lleva meses ofreciéndose para traer más refugiados.
La Conselleria de Sanitat valenciana, que dirige la socialista Carmen Montón, se ha volcado en auditar el estado del menor, y el de sus hermanos. La unidad de niños internacional de La Fe, que dirige la doctora Gemma Ochando, ha coordinado a todos los departamentos y especialistas que seguirán
El padre del pequeño, Ata Mohammad, expresa su felicidad tras un duro viaje con parada en Idomeni La familia ha llegado a Valencia gracias al papel de Bomberos en Acción y a la presión social
su caso al poder presentar “lesiones residuales” de su patología de base, la parálisis cerebral, que es crónica.
Osman tiene una anemia leve y una desnutrición, debida en parte a la parálisis, aunque agravada por las condiciones infrahumanas en las que vivía. La doctora Ochando explicaba que, una vez se le hayan realizado las pruebas y se prescriban los tratamientos que mejoren su calidad de vida, podrá ser dado de alta en el hospital y continuar tratamiento fuera del ámbito hospitalario.
Sus hermanos también reciben atención en el centro y sus padres han sido trasladados al Centro de Atención al Refugiado (CAR) de Mislata. El Ayuntamiento de Elx les ha ofrecido un hogar de acogida para ellos. Ata Mohammad ha confesado que su idea inicial era acabar en Londres, donde tienen “un familiar”, pero ahora tienen “dudas” porque se sienten muy agradecidos a España.
“Ahora entiendo que hay personas sin maldad en las que se puede confiar. Estoy muy agradecido con los españoles. Nunca podría llegar a compensar lo que han hecho por mí”, dijo el padre de Osman emocionado, dando abrazos, muchos abrazos.