Ruiseñores en tierra extraña
El ave canora se retira de las zonas más urbanizadas, como Sant Cugat del Vallès, aunque su población global en Catalunya crece un 20% en 17 años
Las poblaciones de ruiseñor gozan globalmente de buena salud, tanto en Catalunya como en el conjunto de España. Con la primavera, se ha confirmado la presencia inconfundible de este pequeño pájaro de plumaje discreto que canta incansable en zonas enmarañadas y frescas, en vaguadas y zonas ribereñas. En Catalunya se estima que su población asciende a unos dos millones de individuos, con lo que se ha producido un aumento del 20% entre 1998 y el 2015, según datos de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/BirdLfe). En el conjunto de España, el número de individuos creció un 25 por ciento en este periodo.
Sin embargo, el ruiseñor se está retirando de las zonas de reciente urbanización, incluso de los nuevos parques que tienen una típica configuración urbana. ¿La razón? Las zonas de seto, sotobosque y zarzales, que componen el hábitat más adecuado para su camuflaje, han sido sustituidas muchas veces por césped y árboles, lugares inapropiados para el ruiseñor, que siempre quiere pasar inadvertido.
“Las poblaciones del ruiseñor no están en declive; al contrario; experimentan ligeros aumentos globales, aunque puede haber zonas urbanizadas en las que se aprecia un retroceso”, dice Juan Carlos del Moral, coordinador del área de seguimiento de la avifauna de SEO/ BirLife.
Como las demás especies que viven en ambientes forestales, el ruiseñor muestra una cierta expansión. En cambio, las aves de ambientes urbanos y agrícolas están en retroceso. Por eso, los expertos consultados apuntan que no sería extraño que las zonas que han sido urbanizadas hayan podido sufrir el retroceso de esta especie. Esto es lo que indicaba el lector Josep Climent, quien expresaba su extrañeza ante el hecho de que ya no oye los cantos del ruiseñor que oía de joven en Sant Cugat del Vallès. Otros lectores han expresado preocupaciones similares en zonas urbanas
“En Sant Cugat, ciertamente, este ave rehúye los lugares más urbanizados, incluyendo los parques urbanos, y seguramente se ha retirado hacia zonas más periféricas respecto al lugar en que el señor Climent los escuchaba en su juventud”, apunta Abel Julien, técnico de difusión del Institut Català d’Ornitología. “El ruiseñor necesita sotobosque y zarzales, y en la ciudad encuentra césped uniforme y árboles dispersos”, agrega.
“En la ciudad, si se cortan las ramas bajas, se elimina la vegetación y se sacan las hojas del suelo bajo las cuales el ruiseñor encuentra insectos para comer, este pierde sus hábitats”, dice Juan Carlos del Moral. El ruiseñor es una de las diez aves más comunes, pero no está exento de amenazas en la ciudad. “El hecho de que en la primavera se deje de escuchar su canto se debe a la pérdida de zonas de sotobosque y de arboledas en ambientes ribereños y a la desaparición de riberas en arroyos o ríos que son canalizados o donde se ha quitado la vegetación. Y todo eso se debe a veces al urbanismo, el uso de pesticidas y plaguicidas o la intensificación de la presión humana”, dice Cristina Sánchez, delegada de SEO/BirdLife en Catalunya. Y ¿dónde puede el lector Josep Climent oír el ruiseñor? “Sugerimos que vaya a algún lugar junto a una riera con abundantes setos, y seguro que volverá a disfrutar de su canto. Cerca de Sant Cugat hay dos puntos donde hay muchos ruiseñores: la periferia del campus de la UAB y el Torrent de la Betzuca de Sant Quirze del Vallès”, sugiere Julien.
La periferia del campus de la UAB y el Torrent de la Betzuca de Sant Quirze, puntos óptimos para oír su canto