El PSC vuelve a gobernar la economía y el urbanismo en Barcelona
Colau y Collboni, que esperan el aval de sus bases, aseguran que codirigirán las dos áreas
Ada Colau y Jaume Collboni escenificaron ayer el acuerdo por el que los socialistas entran en el gobierno municipal. Collboni asume plenamente el área de Cultura y, en colaboración con Colau, las de Promoción Económica y Urbanismo.
Tras el paréntesis de cuatro años de mandato del convergente Xavier Trias, los socialistas regresan al Ayuntamiento de Barcelona para gobernar. Sus cuatro concejales se sumarán –si las bases de BComú y PSC dan su aval la semana que viene– al actual equipo de gobierno para codirigir las áreas de responsabilidad municipal. Los ediles de los dos partidos no serán suficientes para gobernar holgadamente y necesitarán del apoyo de las fuerzas que están en la oposición. Sin embargo, como dijo ayer la alcaldesa Ada Colau durante la escenificación del acuerdo, en el que también participó el socialista Jaume Collboni, “15 no son 21, pero tampoco son 11. Hay mucho trabajo por hacer y tenemos que contar con el máximo de manos posibles”.
La entrada del PSC comporta importantes cambios del cartapacio
LA RESPONSABILIDAD El PSC toma el control de la empresa municipal BSM, la que gestiona mayor presupuesto
municipal, donde la figura de Collboni cobra un especial protagonismo al convertirse en segundo teniente de alcalde y dirigir el área de Empresa, Cultura e Innovación. El líder socialista pasará a ocuparse de la promoción económica de la ciudad y a coordinar la presencia municipal en Fira Barcelona, la Fundación del Mobile y el Consorci de la Zona Franca. Un espacio en el que los socialistas pueden sentirse cómodos y convertirse en interlocutores válidos sobre todo para el sector empresarial de la ciudad, que ve con cierta desconfianza las políticas económicas que está impulsando BComú desde el Ayuntamiento. Quizás, por esta misma razón, la alcaldesa ha decido ceder a Collboni las relaciones institucionales con la Generalitat –las vinculadas a la deuda contraída con la ciudad– y también con el Gobierno central. En este ámbito deberá librar diversas batallas, como por ejemplo acordar las inversiones necesarias para acabar la construcción de la estación intermodal de la Sagrera.
La concejalía de Cultura que dirigirá personalmente Collboni también le aportará proyección y presencia en su nuevo cargo de responsabilidad. Desde que es edil se ha dedicado a cultivar la relación con los principales operadores culturales la ciudad y ayer se conoció el nombre del nuevo comisionado que sustituirá a Berta Sureda en el cargo. El socialista se ha decantado por el director de Estrategia de Focus, Xavier Marcé.
Otra cuestión no menor es la que afecta a la empresa municipal Barcelona Serveis Municipals (BSM), la más importante del Ayuntamiento y que gestiona el Zoo de Barcelona, los aparcamientos, el Tibidabo o el bicing de la ciudad. Se ha de recordar que cuando se pactó la presencia de los diferentes grupos municipales en las empre-
sas municipales se libró una dura batalla con los miembros de BComú, que siempre consideraron que el resto de partidos no debían tener responsabilidades en ellas. Con este acuerdo, el PSC toma el control de este gran grupo empresarial que conoce muy bien después de haber gobernando 32 años en la ciudad.
Sin embargo, el nuevo cartapacio municipal ha dejado damnificados por el camino. El principal afectado por la entrada del líder el PSC en este macrodepartamento económico es el concejal de Iniciativa Agustí Colom, que pierde cuota de poder al ceder a la también socialista Montserrat Ballarín el área de Comercio. Con todo, Colom conserva Turismo, pero pasará a depender del propio Collboni. Aquí su presencia podría servir para suavizar las complicadas relaciones que se han establecido con los empresarios turísticos de la ciudad desde que BComú llegó a la alcaldía e impulsó la moratoria hotelera.
Colau aseguró ayer que no habrá compartimentos estancos. La intención de las dos formaciones es codirigir las grandes responsabilidades. Algo que también se plasmará en la quinta tenencia de alcaldía, que gestionará Janet Sanz pero con una importante presencia del socialista Daniel Mòdo, que pasará a ser concejal de Arquitectura, Paisaje y Patrimonio. Una suerte de arquitecto jefe, una figura que fue eliminada por los comunes, que no veían con buenos ojos la labor llevada a cabo por responsables anteriores en este cargo pero parece recuperarse bajo el paraguas del socialista. Mòdol deberá ser el encargado de vigilar que las inversiones pactadas con BComú por la modificación presupuestaria –lígase ronda de Dalt o Meridiana– al final se cumplen. En la quinta tenencia de alcaldía continuarán estando integrados Mercedes Vidal, como responsable de Movilidad, y Eloi Badia, como concejal de Presidencia y Energía.
En el resto de tenencias se producen pocos cambios. La socialista Carmen Andrés se incorpora al área dirigida por Laia Órtiz para convertirse en concejal de Infancia, Juventud y Tercera Edad,
EL DESENGRASANTE Collboni podría hacer de enlace para mejorar las relaciones con la oposición LA REACCIÓN ERC y la CUP animan a las bases de BComú a rechazar el acuerdo con el PSC
mientras que Jaume Asens tendrá bajo su paraguas a un socialista que será comisionado de deportes., cargo que recaerá en el exconcejal David Escudé .
El reparto de cargos también ha modificado la presencia territorial de los concejales de BComú en la ciudad. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, y Jaume Asens dejan sus respectivos distritos, Sarrià-Sant Gervasi y SantsMontjuïc, debido, según justició ayer la misma alcaldesa a la carga de trabajo. Esto supone un importante baile de ediles. Los socialistas asumen responsabilidad en Sarrià, Eixample y Sant Andreu.
El acuerdo suscrito entre las dos
formaciones cuenta con 122 medidas. Las negociaciones, según expusieron tanto Colau como Collboni, han sido duras y complicadas. Pero la “propuesta de pacto” debe ser validada por las bases de ambas formaciones. La semana que viene empezarán las votaciones, cuyo resultado no se conocerá hasta el viernes. En las filas socialistas no se esperan muchas sorpresas, pero está por ver cómo afectan los llamamientos de ERC y la CUP a los militantes de base de BComú para que rechacen este acuerdo.
Precisamente, ayer, desde ERC y la CUP se animó a las bases de los comunes a no validar el pacto con los socialistas al entender que Colau está traicionando a su electorado. Recordaron algunos calificativos que la alcaldesa había lanzado al PSC, a quien en anteriores ocasiones había acusado de provocar las desigualdades en la ciudad con su política económica. Una cuestión a la que hizo mención también ayer el exalcalde Xavier Trias, que se mostró sorprendido por la solución adoptada por Colau para poder gobernar. Con todo, confió que la entrada de los socialistas sirva para mejorar las relaciones con el resto de fuerzas de la oposición. Collboni puede ser un buen desengrasante para mejorar la comunicación del actual equipo de gobierno con los grupos de la oposición y ayer la misma alcaldesa afirmó que entendía el mandato democrático de las urnas que había dejado el Ayuntamiento más plural de los últimos años.
Para Ciutadans y el PP, la entrada de los nuevos socios es “lamentable” y conduce a un “gobierno inestable”.