El ser o no ser de la ANC
La entidad afronta elecciones en su órgano ejecutivo inmersa en riñas internas y en medio de una crisis existencial
Cómo pretendemos ampliar la base social en favor del independentismo si hemos dejado de salir a la calle para apoyar a la gente en aquello que realmente le importa: ¡su día a día!”, exclamaba hace pocos días un militante de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) durante una conversación un poco encendida con otros socios. “Hemos perdido el liderazgo”, concluye.
Para ejemplarizarlo, evocaba el hecho de que la dirección de la entidad no ha acudido a importantes citas de cariz social: la manifestación del Primero de Mayo y las diferentes protestas convocadas por la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) para protestar por la resolución en contra del decreto de pobreza energética y de la suspensión de parte de la ley de emergencia social.
La dirección ha reaccionado y quién sabe si el criterio podría cambiar si acaba cristalizando, con el impulso de esta misma dirección de la ANC, una “gran manifestación” contra las resoluciones del Tribunal Constitucional (TC) que han anulado varias leyes catalanas de ámbito social.
Lo cierto es que la ANC encara las elecciones de hoy para designar sus 77 miembros del secretariado nacional con un clima enrarecido y donde todo es motivo de polémica. “No os engañéis; estas elecciones son todavía más importantes que las últimas, cuando había que buscar a un sustituto a la presidencia de Carme Forcadell”, avisa otro militante a los periodistas. “Nos jugamos el ser o no ser de la Assemblea”.
Las críticas internas son varias. Unos hablan de institucionalización de la asociación, otros prefieren llamarlo politización. En medio de la diana, Jordi Sànchez, a quien acusan de partidista y de “falta de neutralidad” al actuar, a su parecer, según los intereses de CDC.
La cosa no queda aquí. Ahora, le ha caído el muerto al expresidente de Òmnium Cultural Quim Torra y al exdiputado cupero Antonio Baños, a quienes reprochan su candidatura al secretariado para erigirse supuestamente en interlocutores de ERC y la CUP. Todo ello ha hecho que una pequeña parte de las bases considere que la ANC ha perdido su crédito. Otros van más allá. “La ANC es la comisión de fiestas del Govern”, aseguró hace un mes en el diario manresano Regió7 un militante desengañado al darse de baja al considerar que “todo es humo” y que se había regresado “al modus operandi del peix al cove convergente”.
La ANC lucha por volver a liderar y marcar el paso de la política catalana. Las elecciones al secretariado nacional son clave en este sentido. Más de 40.000 socios están llamados a las urnas para elegir entre los 139 candidatos. Y todos estos militantes lo harán seguramente condicionados por todo el alboroto y el ruido de las críticas internas. La lista es larga y la guerra, abierta entre dos bandos: los partidarios de una línea continuista y oficialista, y los considerados afines a postulados más de izquierdas. Unos y otros han utilizado las redes sociales para hacer público su voto, han hecho correr mensajes de WhatsApp anunciando a los suyos sus preferencias y han usado sus blogs personales para cargar a diestro y siniestro.
De eso último, los históricos dirigentes de la Assemblea, Pere Pugès y Jaume Marfany, ambos alineados
Sànchez aspira a renovar el cargo de presidente a pesar de quienes lo acusan de “falta de neutralidad”
con Jordi Sànchez, han sido especialmente prolíficos. Marfany acusó a la junta electoral de la ANC de “hacer el ridículo” al readmitir las candidaturas de Torra y el diseñador Calvís. Y polemizó vía Twitter con Liz Castro, la más votada en las elecciones del 2015: la editora norteamericana lo acusó de presionarla para hacerse a un lado y así permitir que Sànchez accediera a la presidencia.
A pesar de todo, entre la militancia y los candidatos al secretariado hay quien elude estas guerras y prefiere centrarse en ampliar la mayoría independentista y movilizar a la gente. Estos tendrán la clave para equilibrar la balanza entre continuistas y aquellos que pretenden “que la ANC vuelva a ser transversal”, entre los considerados afines en CDC y los próximos a ERC y la CUP. Las elecciones son importantísimas, pero todavía lo será más la gestión que de la entidad pueda hacer, a partir del día 21, el nuevo secretariado, cuando elija al presidente.