Política basura
El síndrome de Diógenes es una particular patología que sufren algunas personas de edad avanzada que, en su aislamiento, acumulan grandes cantidades de desperdicios que acaban sepultándolos. El vertedero ilegal de Seseña ha demostrado que hay una variante de esta enfermedad en la política española que hace que las administraciones puedan acumular quejas, expedientes y denuncias hasta formar montañas de papeles inútiles. Incluso cuando hay decisiones firmes y multas, la inoperatividad continúa, como si la función de las administraciones fuera en realidad seguir acumulando resoluciones, expedientes y más certificaciones que son carne de la papelera sin traducción práctica en la realidad. Ecologistas en Acción denunció el vertedero durante años.
El macrovertedero de neumáticos es el iceberg de un fraude dimensiones colosales y con el que se demuestra que las normativas europeas para proteger el medio ambiente pueden ser burladas fácilmente y convertidas en detritus si los políticos las desconocen o no las quieren aplicar. Todas las administraciones (la local y las dos comunidades autónomas implicadas) han demostrado un nivel de dejadez tan grande, que sólo puede explicarse por el hecho de que el síndrome de Diógenes de sus responsables ya estaba muy avanzado cuando decidieron que había que actuar. El macrovertedero podía contemplarse desde el satélite; pero fue ganando terreno hasta atravesar la raya de dos comunidades autónomas con gobiernos distraídos (sin ver que pasaba de Seseña a Valdemoro), incapaces de asumir que se habían superado todas las líneas rojas que deben evitar un desastre ecológico y un atentado a la salud.
Esta es también una traición al ciudadano que cree en el reciclaje y en la recuperación de materiales, y en quienes confían en que cuando van a comprar su neumático nuevo y pagan una ecotasa lo hacen para financiar la correcta recogida y gestión del neumático viejo. Pero no se hizo. Sólo se acumularon ingresos económicos, y ruedas sin reciclar. Si los gestores públicos no defienden el medio ambiente y la salud, sólo hacen política basura.
Seseña no es un caso único. Aún está reciente el caso del fraude de 2.500 neveras sin reciclar en Madrid... Y los vertederos ilegales proliferan en varias comunidades autónomas (pese a las advertencias de la UE); en ellas, la gestión de los residuos es todavía el simple manejo de porquería que se oculta bajo una alfombra mental.
Suerte que estamos en Europa.