La Vanguardia

La perla de Eslovenia

Liubliana, la capital de esta república balcánica, es una ciudad desconocid­a modelada por el arquitecto Jože Plecnik

- ALBERT MOLINS RENTER

Apesar de ser la capital de Eslovenia, Liubliana es una ciudad de un tamaño medio que mantiene la amabilidad y caracterís­ticas de pueblo a la vez que ofrece todo lo que cualquier gran capital. Además, al viajero que no la conozca es una ciudad a descubrir por su inesperada belleza y variedad. Mientras que en invierno se encuentra su carácter romántico típico centroeuro­peo, en verano se caracteriz­a por su espontanei­dad mediterrán­ea.

En Liubliana se mantiene un legado de cinco milenios de historia, desde la herencia de la ciudad romana de Emona, hasta el casco histórico con su castillo medieval, las fachadas barrocas y sus portales adornados, así como sus tejados inclinados. Este mosaico se complement­a con los pintoresco­s puentes sobre el río Liublianic­a, y el parque Tivoli, que se adentra hasta el mismo centro de la ciudad.

La apariencia de la ciudad debe mucho al barroco italiano, pero también a la influencia austriaca que se observa en muchos de sus edificios construido­s después del terremoto de 1895.

Liubliana es la ciudad natal del arquitecto Jože Plecnik, quien durante la primera mitad del siglo XX dejó plasmada su particular huella en la ciudad, y cuya tarea completaro­n posteriorm­ente sus discípulos.

El punto de referencia más obvio de Liubliana es su precioso casco antiguo, encajonado por un lado por la colina del castillo y por el otro por el río Liublianic­a, jalonado a lado y lado por restaurant­es, cafeterías y bares. La ciudad vieja es un atractivo conjunto de calles empedradas, callejones y monumentos culturales.

El puente central de los Tres puentes (Tromostovj­e), en piedra y construido en 1842, sustituyó al viejo de madera medieval. Fue Plecnik quien, posteriorm­ente, añadió dos puentes más –destinados a los peatones–, creando así el monumento arquitectó­nico más distintivo y más fotografia­do de Liubliana. Tromostovj­e es asimismo un punto clave en el que se conjugan dos ejes urbanístic­os de Plecnik: el eje del agua conecta con el castillo de Liubliana. Justo enfrente del puente se encuentra la iglesia Franciscan­a, que junto con la catedral de San Nicolás, la iglesia de las Ursulinas y el portal de la biblioteca del Seminario, son los monumentos barrocos más importante­s de la ciudad. La catedral está en la plaza San Cirilo y San Metodio, cerca al mercado Central de Liubliana y el Ayuntamien­to.

Otro de los puentes emblemátic­os de la ciudad es el puente de los Dragones. Ornamentad­o con las imponentes figuras de los dragones, está considerad­o un excepciona­l monumento técnico y la creación suprema de la arquitectu­ra de la época de principios del siglo XX. Fue construido entre los años 1900 y 1901, y fue la primera construcci­ón en hierro y hormigón de la ciudad y, en el momento de su construcci­ón, fue uno de los primeros y de los mayores puentes de Europa.

Al castillo de Liubliana, otro de los hitos turísticos de la ciudad, se puede llegar a pie o en funicular. Desde su torre es posible disfrutar de una espectacul­ar vista de la ciudad, y dentro hay varias exposicion­es entre las que se destacan las dedicadas a la historia de Eslovenia, y al presidio que en su día albergó esta fortaleza. Si se dispone de tiempo, también se puede pasear por los espacios verdes de la colina en cuya cima se erige el castillo.

Pero sin duda el parque más bonito y popular de la capital eslovena es el parque Tivoli. Con una superficie de aproximada­mente 5 km2, está distribuid­o en tres arboledas de castaños. El área del parque cuenta con diversos senderos y un circuito a lo largo del cual se encuentran aparatos para hacer ejercicios al aire libre, en dirección hacia la ladera de la colina Rožnik. Obra –una vez más– del arquitecto Jože Plecnik, el paseo de Jakopic en la parte central del parque, hoy por hoy es también conocido por las exposicion­es de fotografía­s de gran formato, las cuales están expuestas a lo largo de todo el año.

Liubliana también es una ciudad barroca. La fuente de Robba o fuente de los Tres ríos de la región de Carniola es uno de los monumentos más conocidos de la Liubliana barroca. Fue construida por el escultor y arquitecto veneciano Francesco Robba en el siglo XVIII. La fuente se erigió a semejanza de las famosas fuentes romanas -aunque mucho más pequeña-, y representa las tres estatuas de los dioses de los tres ríos de la región de Carniola: Sava, Ljubljanic­a y Krka. La fuente está en el plaza de la Ciudad (Mestni trg), justo enfrente del edificio del Ayuntamien­to.

Las distancias en Eslovenia son cortas, por lo que Liubliana es el perfecto punto de partida para explorar las diferentes bellezas de Eslovenia. En un solo día pueden visitar la costa, la alta montaña o experiment­ar en los Alpes el clima mediterrán­eo y continenta­l.

El centro debe muchos de sus monumentos al barroco italiano, pero también a la influencia austriaca Una urbe que constituye un punto de partida excelente para recorrer el país, ya que las distancias son cortas

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OFICINA DE TURISMO DE LIUBLIANA / B. JAKSE / S. JERSIC La iglesia franciscan­a y los tres puentes, dos de los principale­s atractivos turísticos de la capital eslovena
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OFICINA DE TURISMO El puente de los Dragones al anochecer

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