Guía para no fallar
En medio de un ambiente peculiar, el fútbol debería ser la clave
Un partido en Granada no debería suponer, en condiciones normales, una dificultad montañosa para los barcelonistas, pero tratándose de la última jornada y con el título sobre el tapete siempre pueden surgir imponderables. El Barcelona tendrá muchas más opciones si se dedica a jugar a fútbol, por encima de cualquier circunstancia.
Evadirse del ambiente. El partido llega con una carga ambiental muy profunda. Y no sólo porque el campo se prevé que esté lleno (con muchos aficionados del Barça, por cierto) sino también porque durante la semana la palabra “maletines” ha sonado con fuerza por toda Granada. El Barça ha de obviar si sus rivales están primados o no por ganar y no ha de distraerse pensando en si meterán o no la pierna. En el peor de los casos para el Barcelona se encontrarán con un Granada extramotivado, que es lo que sucede durante casi todos los partidos de la temporada cuando el equipo blaugrana se enfrenta a un equipo más modesto. Desde ese punto de vista los barcelonistas se toparían con una situación habitual, un contrario que muerde, que busca los tobillos y que quiere dar un pelotazo futbolístico. Aunque para motivación, la del Barça, por el hecho de tener el campeonato a tiro y porque en conjunto cobrarían unas primas por el título que rondan los 20 millones de euros, en función del contrato de cada jugador.
No perder los nervios. Cualquier error puede acabar dando al traste con toda una Liga. Sería conveniente que barcelonistas como Luis Suárez o Neymar no entraran en trifulcas o rifirrafes. Un fallo de este tipo podría no tener vuelta de hoja. Centrarse en lo futbolístico es un buen consejo para el uruguayo y el brasileño, con calidad de sobra para desequilibrar a la defensa del Granada sin necesidad de recurrir a ninguna triquiñuela absurda y peligrosa. Suárez tiene en sus pies terminar de sentenciar la clasificación del pichichi, un objetivo que le debería llevar también a dejarse de cualquier otro asunto que no sea tener la portería contraria entre ceja y ceja.
Mantener la portería a cero. Desde que el Valencia asaltó el Camp Nou gracias a una jugada desdichada y a un error defensivo el Barça no ha vuelto a encajar ningún gol. En Riazor, en el Benito Villamarín y en el Estadi contra el Sporting y el Espanyol el conjunto blaugrana ha convertido su área en un fortín. Desde esa base la Liga puede caer por su propio peso. Hay que recordar que hace dos temporadas el Barcelona perdió un partido importante en el Nuevo Los Cármenes. El Granada marcó primero y después el equipo blaugrana, dirigido entonces por Gerardo Martino, fue incapaz siquiera de empatar.
Aunque si el Granada no amenaza lo normal sería que en cualquier momento llegara un gol decisivo del Barcelona, la mejor manera de que los nervios no florezcan es yendo a por el partido desde el minuto 1. Cuanto más tiempo esté el resultado en el alero más posibilidad hay de cometer un error fatal o de que se produzca un imprevisto sin solución. En este sentido, una primera parte como la del partido ante el Betis provocaría más de un dolor de cabeza a los seguidores.