La inflación baja hasta el -1,1% y regresa al nivel de febrero del 2015
El abaratamiento de la electricidad y de los viajes acentúa la caída del IPC en abril
Nueva caída de la inflación. En abril, el índice de precios de consumo (IPC) se rebajó un 1,1% con respecto a un año antes, tres décimas menos que la tasa registrada en el mes de marzo. ¿Qué ha contribuido a que la tasa interanual ahonde en el terreno negativo y regrese a un nivel que no se registraba desde febrero del año pasado? Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), parte del descenso se explica porque este año, a diferencia del 2015, la Semana Santa cayó en abril y, por lo tanto, tras las vacaciones se rebajaron servicios como los viajes organizados (-9,9%). Además, el abaratamiento de los precios en los últimos doce meses tiene que ver con la electricidad –la factura de la luz ha bajado un 18,2%–.
Aunque siguen con reducciones del precio muy importantes, se suaviza un poco la evolución del precio de los carburantes (-13,4%, un punto menos que en marzo) y el gas (-13,2%, seis décimas menos que el mes anterior). En cambio, las subidas más significativas con respecto a abril del año pasado tienen que ver con la cesta de la compra. Así, se incrementaron especialmente los precios del aceite (17%), las patatas (14,1%), la fruta fresca (8%), las legumbres (7,9%) y el pescado fresco (6,1%). Aparte de los alimentos, el INE destaca también el incremento de las comunicaciones (3,4%), explicada en buena parte por “la subida de los precios de los servicios telefónicos frente a la estabilidad que se produjo en el 2015”.
Con los registros confirmados ayer no sólo queda muy lejos el recurrente objetivo de una inflación de 2%, sino que el horizonte del 1% hace tiempo que también dejó de ser una meta cercana: la tasa anual del IPC lleva más de dos años y medio por debajo de dicho listón.
Si se tienen en cuenta la evolución registrada entre marzo y abril de este año, la tasa mensual sube un 0,7% (una décima más que entre febrero y marzo). Esta variación intermensual viene explicada por el incremento en el precio de vestido, calzado y gasolinas. Mientras, la tasa interanual de la inflación subyacente –sin los componentes más volátiles, los productos energéticos y los alimentos no elaborados– bajó cuatro décimas hasta situarse en el 0,7%. Desde hace año y medio, permanece por encima del IPC general.
Por comunidades autónomas, las tasas más bajas de inflación en el mes de abril se dan en Castilla-La Mancha (-1,5%), Comunidad Valenciana, Castilla y León y Cantabria (las tres, -1,3%), Galicia y Aragón (ambos, -1,2). La variación anual del IPC más suave se producen en cambio en Euskadi (-0,7%), Catalunya (-0,8%), Baleares (-0,9%). Andalucía, Canarias, Extremadura y Navarra se sitúa en el -1%, al tiempo que Asturias, La Rioja, Madrid y Murcia están alienadas con la media española del -1,1%.
Por todo ello, el camino que lleva a los precios de vuelta a terreno positivo se hace más largo, según los analistas. Desde Funcas destacan que, debido a la estabilización del precio del petróleo y a un registro del IPC de abril por debajo de lo previsto, modifican a la baja sus previsiones. Así, prevén que la tasa de inflación media anual para el 2016 se sitúa en -0,3%, y se cierre el
¿QUÉ SUBE?
Los alimentos frescos y la telefonía protagonizan los mayores incrementos
REVISIÓN A LA BAJA
Según la nueva previsión de Funcas, el 2016 acabará con una inflación de sólo el 0,6%
año con 0,6% de tasa interanual (frente a -0,2% y 0,9% respectivamente en las anteriores previsiones). En el 2017, la tasa media anual será del 1,3% y del 1,1% en diciembre (frente a 1,7% y 1,6% de las anteriores estimaciones).
Por su parte en el Ministerio de Economía destacaron que, al mantenerse el diferencial del IPC armonizado con el de la eurozona de un punto porcentual, España continuará beneficiándose de los “efectos favorables” sobre la competitividad y las exportaciones. “Aunque estamos en un contexto de baja inflación en el conjunto del área monetaria y la recuperación de España es más robusta que la del conjunto de la eurozona, no se están produciendo pérdidas de competitividad. Esto es más claro aún cuando se tiene el conjunto de precios más amplios que el de precios al consumo”, insisten los analistas del BBVA Research.