La Vanguardia

Dinastía de oftalmólog­os

A LOS 89 AÑOS, JOAQUÍN BARRAQUER, DISTINGUID­O COMO OFTALMÓLOG­O DEL MILENIO, SIGUE AL FRENTE DE LA CLÍNICA QUE CREÓ SU ABUELO Y QUE OFRECE DESDE EL PRIMER DÍA ATENCIÓN GRATUITA A PERSONAS SIN RECURSOS. LA ESTIRPE VA POR LA QUINTA GENERACIÓN

- ANDRÉS GUERRA

Si el carácter y la biografía de un hombre se pudiesen resumir en unas frases, este sería un ejemplo excelente: “Mi padre murió una madrugada de mayo de 1965. Le extraje las córneas tal como era su voluntad y mientras mamá recibía los pésames yo se las estaba implantand­o a dos pacientes pobres. Gracias a mi padre, esas personas consiguier­on ver. ¿Qué más podría pedir?”.

Joaquín Barraquer Moner (Barcelona, 1927), a quien todos a su alrededor llaman profesor, estrecha la mano con calidez y energía. “Hay que dar la mano con fuerza y mirar a los ojos”, advierte. Viste de impecable blanco, de la corbata a los guantes que casi nunca se quita. Su despacho es una biblioteca de Babel que hubiese satisfecho a Borges: óleos, diplomas, dedicatori­as, vinilos, libros y muchas fotos. Del ayatolá Jomeini al papa Juan Pablo II, de Franco a la Pasionaria.

“Desde muy pequeños, nuestro padre nos invitaba a entrar en el quirófano. Con nuestras respectiva­s batas y en silencio, para no enredar. Luego nos tomaba la lección. Quería que aprendiése­mos. Operé mi primera catarata con 13 años. Él me felicitó: ‘Magnífico, lástima que este ojo hemos de extirparlo por un cáncer’. Había sido un ensayo”.

El profesor Joaquín Barraquer es nieto de José Antonio Barraquer Roviralta, primer catedrátic­o de Oftalmolog­ía de España, e hijo de Ignacio Barraquer Barraquer,

De no ser oftalmólog­o, a Joaquín Barraquer le habría gustado ser director de orquesta y es fan de James Bond De adolescent­e, el profesor Barraquer tenía un chimpancé que le acompañaba a tomar café al Sandor

que trasladó la consulta de la Ronda de Sant Pere a Muntaner, 314. “La gente decía: ‘Ignacio se ha vuelto loco, tiene un consultori­o magnífico en la plaza de Catalunya y se va allá arriba. No le subirá nadie’. Comenzó las obras poco antes de la Guerra Civil y abrió en 1941. Pues bien, fue tanta la gente que venía que hubo que hacer ampliacion­es y hasta reforzar los cimientos”, explica.

Allí se instalaron Joaquín y los otros seis Barraquer Moner con sus padres. Una generación después, en la clínica nacieron y se criaron sus tres hijos, Elena, Mariana y Rafael. Elena continúa viviendo en su apartament­o, en el mismo edificio, como él mismo y su esposa, Marina Compte. Joaquín Barraquer culminó la última ampliación en 1970. Desde el prin-

cipio, la clínica contó con un servicio médico para personas sin recursos. “Al trasladarn­os aquí abrimos una sección que funciona como un dispensari­o y se establecie­ron 15 camas para los pobres, que costeaban los clientes más ricos. Hay que hacer el bien siempre”, subraya.

Hoy, la clínica Barraquer continúa atendiendo a pacientes de escasos recursos; casi la mitad de su personal se ocupa del dispensari­o. “Esa orla es nuestra promoción MIR más reciente, una titulación privada que ofrecemos aquí. Elegimos a los mejores y a todos les educamos en esos valores humanos”. Valores como los que le llevaron a vender el Mercedes 540K regalo del rey Faruq a su padre –solo había tres en el mundo– para crear la Fundación Barraquer. El profesor califica a su padre como el hombre más extraordin­ario que ha conocido. Profesor, mentor y amigo, asegura que continúa siéndolo desde el otro lado. “Quien no es creyente, es un desgraciad­o. Si tienes fe, tienes futuro, pero si no crees en nada, cuando mueres ¿qué pasa? Se acabó todo. Y eso es muy triste”, sentencia.

Ignacio Barraquer inventó, entre otros ingenios, un sistema para ayudarle en la operación de cataratas. Era 1917. También trazó bocetos para edificar la clínica de Muntaner y creó un zoo en la terraza del edificio. Tenía un puma, con el que Joaquín jugaba de adolescent­e, y un chimpancé, Jocko, a quien vestía con un abrigo idéntico al propio para ir a tomar el café al Sandor. Mientras me lo cuenta, el profesor muestra las fotos de

Mirar a los ojos (Edicions 62), su libro biográfico.

Heredero del intelecto de su padre, Joaquín Barraquer creó el primer banco de ojos de Europa, descubrió la vía de la zonulosis enzimática para facilitar la cirugía de la catarata y como él creó las herramient­as necesarias para llevar a la práctica su idea. Ambas técnicas se usan desde hace décadas en todo el mundo. En 2000 fue reconocido como Oftalmólog­o del Milenio. “Es el galardón del que más orgulloso me siento”, dice el catedrátic­o, profesor honorario de 11 universida­des, miembro de 40 asociacion­es científica­s y de 52 sociedades médicas. “De no haber sido oftalmólog­o, habría sido director de orquesta. En verano me tomo unas vacaciones discretas en Salzburgo que dedico a la música clásica”, explica este fan de los filmes de James Bond que ha operado a unos 100.000 pacientes.

Solo Joaquín y su hermano José Ignacio eligieron ser oftalmólog­os y son la tercera generación de Barraquer. La cuarta son Elena y Rafael Ignacio; ella es impulsora de la fundación, que opera gratuitame­nte en países subdesarro­llados desde 2003, y él es titular de la Cátedra de Investigac­ión en Oftalmolog­ía Joaquín Barraquer de la UAB, universida­d a la que está adscrito además el Instituto Barraquer. Antón, hijo de Rafael Ignacio, comparte la quinta generación con sus primos Álvarez de Toledo, Elizalde y Capilla, ya avezados doctores y también en la clínica.

De los tres hijos del profesor, sólo la mediana, Mariana, esquivó la tradición familiar: “Comenzó Arquitectu­ra pero no se le daban bien las matemática­s, así que se hizo pintora. Vive en Menorca y es muy feliz. Quizá es la más feliz de todos. Uno de sus hijos también trabaja en la clínica”.

Antes de la despedida, resta una pregunta: ¿Cómo le gustaría ser recordado? “Como alguien que siempre estuvo dispuesto a ayudar”, responde sin pensar.

 ?? PEDRO MADUEÑO ??
PEDRO MADUEÑO
 ??  ?? dinastía barraquer El profesor Joaquín Barraquer, que suele vestir íntegramen­te de blanco, en su despacho de la clínica Barraquer, con sus hijos Elena y Rafael Ignacio y su nieto Antón
dinastía barraquer El profesor Joaquín Barraquer, que suele vestir íntegramen­te de blanco, en su despacho de la clínica Barraquer, con sus hijos Elena y Rafael Ignacio y su nieto Antón
 ?? PEDRO MADUEÑO ??
PEDRO MADUEÑO

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain