Ciencia y cocina
Hace unos días el Món Sant Benet celebraba la fiesta de la alimentación buena, sana y sostenible que ha acabado convirtiéndose en la fiesta mayor de este lugar del Bages (Barcelona), en el que el templo benedictino compite en fieles con la fundación Alícia, cuyo reto es que todos comamos mejor. Su objetivo incluye a los niños, los ancianos, los adolescentes, las personas con diabetes, enfermedades renales, cáncer, intolerancias o alergias. Esta semana el centro que dirige Toni Massanés se ha llevado uno de los premios nacionales de investigación 2015 que otorga la Generalitat de Catalunya.
Es la segunda vez que esta columna se dedica a Alícia. La primera fue para explicar el trabajo en el que son pioneros, consistente en crear conocimiento científico en el campo de la cocina y cómo fuera de Catalunya nos recriminan no saber valorar lo que tenemos. La de hoy es para felicitarlos porque por fin les llega el reconocimiento en casa. A Massanés, que además de recoger el premio, esta semana ha impartido una conferencia en el Museu d’Arqueologia dentro del ámbito de la muestra El geni culinari, le gusta decir que la cocina es la estrategia alimentaria en la que los humanos se distinguen de las otras especies porque aplican en ella el conocimiento y la tecnología. Pero él sabe que no es tan obvio ni tan fácil hacer que se entienda que la sociedad necesita que se vuelquen esfuerzos en crear conocimiento, desarrollar tecnología e innovar para que todos mejoremos nuestra alimentación. Hoy su equipo lidera proyectos de lo más diverso. Trabaja con científicos pero también al lado de agricultores, ganaderos, alumnos, pacientes, productores, cocineros o industriales... Y su modelo ya se copia en todo el mundo.