Una fiesta de campeonato.
El barcelonismo celebra sus títulos con un espectáculo en formato piromusical
Con un espectáculo piromusical en el Camp Nou, jugadores y técnicos del FC Barcelona celebraron con la afición el doblete conseguido, a fuerza de coraje y fe, esta temporada.
La traca final a una excelente temporada se escuchó anoche con fuerza en el Camp Nou. Un día después de la emocionante victoria en la final de Copa, una representación del barcelonismo (unos 40.000 aficionados) se reunió en el Estadi para aclamar a los protagonistas de un ciclo sin fin, una etapa de éxitos que se niega a cerrarse y que va encadenando títulos y liturgias, cánticos, fuegos artificiales y los retoños de los jugadores, que forman una gran familia. En un horario intempestivo y más en un día laborable, el club organizó un homenaje en formato piromusical a sus jugadores y a su público, que pudo agasajar a la mayoría de sus ídolos. Era la fiesta del doblete pero también del póquer, ya que son cuatro los títulos que el equipo ha llevado a sus vitrinas. “S’ha demostrat, s’ha demostrat”, se podía leer en una lona gigante en el círculo central, sobre el césped.
La espera fue larga porque las puertas del recinto se abrieron a las siete y hasta más allá de las diez no aparecieron los jugadores del primer equipo, pero la hora de los parlamentos por fin llegó, aunque había ausencias de peso, como las de Leo Messi, que se tuvo que marchar a su domicilio tras acudir al campo con fiebre, y Luis Suárez, este reposando en casa tras su lesión.
Tanto el entrenador Luis Enrique, como el capitán Andrés Iniesta, con la retina todavía fresca de su partidazo en el Calderón, fueron aclamados por los seguidores, que corearon con pasión sus nombres. Aunque cuando se trata de coger el micrófono el más esperado siempre es Gerard Piqué, que aplaudía al público junto a su hijo Milan, que hacía lo mismo. Esta vez el central tiró otro dardo. “Dicen que siempre jugamos contra diez pero esta vez jugamos nosotros con diez y ¿qué pajugadores só?, que volvimos a ganar”. Mientras Iniesta enhebraba un discurso institucional en castellano y catalán, Luis Enrique, todavía rebosante de jolgorio, recordaba el papel de la afición, en especial en el partido que se perdió ante el Valencia. El asturiano disculpó a los ausentes y calificó la temporada de “larga, difícil, exigente, dura pero con un grupo de con este nivel y con un grupo de ayudantes involucrados al máximo lo hemos sacado adelante de manera sobresaliente”. Aunque el que inventó un discurso más original fue el inefable Alves. Primero le dio las gracias a Xavi por cederle el número “porque lo iba a defender con mucha dedicación aunque el máquina (Xavi) es inigualable”. Y después recordó el episodio de la peluca, ese vídeo en que se disfrazaba de su pareja. Lo evocó para explicar su filosofía. “La vida no tenemos que encararla como la profesión. La profesión hay que vivirla con dedicación pero la vida hay que disfrutarla. Somos el mejor equipo del mundo. Lo que cuentan los demás son chorradas. Ustedes son unos privilegiados. Visca la mare que parió a todos estos. Somos los mejores, lo demás, chorradas. Campeones”. Mientras, Luis Enrique iba diciendo “madre mía”. Luego llegó el turno de Neymar, cuyo “yo soy del Barça” se puede interpretar como que no se plantea un cambio de aires.
El hecho de que antes del homenaje en el Camp Nou no hubiera rúa con ingesta de alcohol provocó que los futbolistas se comportaran con una mayor serenidad, aunque con