La CUP irrita a Mas, mientras Junqueras tiende la mano
Mas se declara “alucinado” y Junqueras habla de “socio absolutamente fiable”
CDC critica que los cuperos intenten “librarse” del pacto; ERC los ve “fiables” El expresident plantea que las próximas elecciones sean plebiscitarias
La presión de la CUP de las últimas horas que está poniendo en jaque la estabilidad del Govern no ha gustado en el seno de Junts pel Sí. La voluntad de los militantes de la formación de la izquierda anticapitalista de “librarse” del pacto de legislatura que facilitó la investidura del presidente de la Generalitat, expresada en la asamblea general celebrada el domingo en Esparreguera, ha sorprendido a los socios de la coalición que forman CDC y ERC, que, sin embargo, han reaccionado con matices diferentes al desplante de la CUP. Un desplante que CDC censura con dureza, mientras ERC, en cambio, intenta quitar hierro a la polémica.
Especialmente elocuente en este sentido fue ayer Artur Mas, que reprochó al partido de la izquierda anticapitalista que “presente las cosas de manera apocalíptica”, cuando “Junts pel Sí está cumpliendo el acuerdo y los plazos marcados”, y dio la vuelta a la acusación para exigir que sea la CUP la que “cumpla el acuerdo que tiene firmado” y no sólo actúe para “quedar bien ante determinados colectivos”. En una entrevista en Catalunya Ràdio, el expresidente de la Generalitat se preguntó “qué quiere decir ponerse las pilas”, en referencia a la demanda de que “Junts pel Sí se ponga las pilas para hacer efectivos pasos claros hacia una ruptura”, y se declaró “alucinado y preocupado” por la actitud de la formación de izquierda anticapitalista. “Teniendo en juego todo lo que tenemos, ¿ahora resulta que para aprobar unos presupuestos y un apoyo parlamentario no lo sabremos hacer?”, cuestionó el líder de CDC, que remarcó que “no me entra en la cabeza que pueda pasar algo así”.
A diferencia de la severidad con que se expresó Artur Mas, Oriol Junqueras mostró un tono conciliador y contemporizador, de mano tendida, y procuró restar trascendencia a la situación. “Totalmente de acuerdo, pongámonos todos las pilas, siempre”, espetó en respuesta al requerimiento de la CUP, a la que consideró “un socio absolutamente fiable” en una entrevista en RAC1. El líder de ERC no ve, con todo, motivos para decir que el Govern
VISIÓN INSTITUCIONAL El Govern replica que cumple el “acuerdo firmado” y espera que la CUP haga lo mismo
MANO TENDIDA El titular de Economia lleva hoy el presupuesto al Parlament, confiado en que lo aprobará
no está cumpliendo los acuerdos y se puso como ejemplo de que él está actuando “con el máximo nivel de coherencia” respecto a la independencia y a la defensa de la justicia social. El vicepresidente del Govern y conseller de Economia se declaró convencido, por todo ello, de que el presupuesto de la Generalitat del 2016 saldrá adelante justamente con el respaldo del partido de la izquierda anticapitalista, que recordó que es el “socio preferente” y subrayó que, en consecuencia, “la primera opción es intentar aprobarlos con ellos”.
El Govern aprobará precisamente en su reunión de hoy el proyecto de presupuestos –dentro de los plazos fijados desde el primer momento de darles luz verde en mayo– y después Oriol Junqueras cumplirá con el ritual y lo entregará al Parlament. A partir de este momento empezará la tramitación, que no se prevé fácil, con la esperanza por parte del gabinete de
Carles Puigdemont de poder aprobarlos en julio. Y aquí es donde los socios ven el vaso medio lleno o medio vacío. ERC considera lógicas las discrepancias y cree que la CUP no pone en peligro la legislatura, de manera que su líder vaticina que “no habrá elecciones en otoño”. CDC, por el contrario, no entiende que ahora “la CUP salga por peteneras” y el propio Artur Mas enfatiza que si no hay presupuestos la legislatura no podrá continuar y no quedará más salida que recurrir a unas nuevas elecciones. “Si no somos capaces de ponernos de acuerdo en esto, ¿qué credibilidad tendremos para sacar adelante un proceso de independencia?”, lamentó el expresidente de la Generalitat. Más allá de las posiciones de los partidos, el Govern como institución intenta, de todos modos, mantenerse al margen, y a salvo, tanto como puede de la polémica. El criterio es que está cumpliendo escrupulosamente el pacto suscrito entre Junts pel Sí y la CUP y confía en que todas las partes hagan lo mismo. “Hay un acuerdo firmado de estabilidad y de gobernabilidad que el Govern y Junts pel Sí cumplen desde el primer día y, como los acuerdos están para cumplirse, estamos convencidos de que encontraremos la voluntad de cumplirlos, presupuestos incluidos”, se limitó a precisar su portavoz, Neus Munté.
El líder de CDC, por otro lado, también marcó distancias con la propuesta de la formación de la izquierda anticapitalista de celebrar un referéndum unilateral de independencia –que recordó que de hecho es lo que ya había sido el 9-N– y planteó como alternativa unas nuevas elecciones plebiscitarias, al final del mandato, para contar votos a favor y en contra de la independencia y no escaños como el 27-S. Artur Mas defendió que esta opción, ante la imposibilidad de celebrar un referéndum puro, tendría la ventaja de que forzaría a los partidarios del no a participar, porque de lo contrario se quedarían sin representación en el Parlament, mientras que un referéndum unilateral podrían deslegitimarlo si no acudían a las urnas.