Obama cierra 50 años de enemistad con Vietnam
El anuncio de Obama acerca a los dos países ante el papel de China en la región
Estados Unidos cerró ayer unas de las últimas asignaturas pendientes que le quedaban de la guerra fría. Su presidente, Barack Obama, anunció en Hanói el fin del embargo sobre la venta de armas a Vietnam. Un paso histórico que pone punto final a una antigua enemistad de décadas y abre el camino a la cooperación total entre ambos países. Un acercamiento propiciado por la inquietud común ante la creciente influencia de China en la región.
“Los Estados Unidos levantan completamente la prohibición de venta de material militar a Vietnam”, manifestó Obama en una rueda de prensa celebrada en Hanói junto su homólogo vietnamita, Tran Dai Quang. “Este cambio asegurará a Vietnam el acceso a los equipos que necesita para defenderse y eliminar un prolongado vestigio de la guerra fría”, subrayó el mandatario estadounidense.
De esta forma, Obama, que llegó el domingo por la noche a la capital vietnamita, puso fin a una norma que Washington implantó cuando estalló la guerra de Vietnam, a mediados de los años sesenta, cuando EE.UU. intento, sin éxito, frenar el avance comunista en la entonces excolonia francesa.
Ahora, con este gesto, Obama, que es el tercer mandatario estadounidense que visita Vietnam tras la restauración de las relaciones diplomáticas en 1995, también intenta a su manera poner freno a otra potencia rival. Al ofrecer su catálogo de material bélico a Hanói, la Casa Blanca no pretende otra cosa que buscar refuerzos estratégicos en la zona para contrarrestar la creciente influencia y presencia de China en el mar de China Meridional.
Un pulso en el que Vietnam, al igual que Filipinas, se han convertido en importantes aliados estratégicos. Situación que explica que a cambio de levantar el embargo de armas, Washington pida a Hanói que permita el acceso de la Marina estadounidense al menos a un puerto de avituallamiento en la costa vietnamita. Y es que, como señaló recientemente Evan Mederios, exasesor de Obama para Asia: “Que nadie se haga ilusiones, este viaje envía una importante señal a China sobre el interés de EE.UU. en la región y su creciente preocupación por el comportamiento chino”.
Pese a todo ello, el presidente estadounidense insistió en que este levantamiento del embargo de armas a Vietnam no guardaba relación alguna con la política de Pekín respecto al mar de China Meridional y que “se basa en nuestro deseo de completar lo que ha sido un largo proceso de normalización de las relaciones con Vietnam”, dijo Obama, según Reuters. Un país donde el 78% de la población tiene una opinión positiva de Estados Unidos, según un estudio de Pew Research Center, lo que le convierte en el tercero más favorable de Asia, tras Filipinas y Corea del Sur.
A esta noticia, China contestó ayer con una respuesta diplomática. “Aplaudimos la normalización del desarrollo de las relaciones entre EE.UU. y Vietnam”, subrayó la portavoz de Exteriores, Hua Chunying, quien añadió que “el embargo de armas es un producto de la guerra fría, y nunca debería haber existido”. Pekín, por su parte, aún sufre un embargo de armas internacional por la matanza de
Boeing pacta la venta de cien aviones a la aerolínea VietJet por un importe de 10.700 millones de euros
Tiananmen de 1989. Pero esta normalización de relaciones, detrás de la cual Obama busca fortalecer los vínculos económicos entre los dos países, provocó ayer el desencanto de numerosas organizaciones pro derechos humanos. Human Rights Watch reaccionó con consternación. Su director para Asia, Phil Robertson, señaló en una nota que “de un solo golpe, el presidente Obama ha echado por la borda lo que le quedaba de influencia a EE.UU. para forzar la mejora de los derechos humanos en Vietnam y básicamente sin lograr nada a cambio”.
El comentario de Robertson se producía después de que Obama precisara que ambos países mantienen diferencias en este campo y que la venta de armas dependerá de los compromisos que asuma Vietnam, además de que la operación se estudiará caso por caso.
Por otra parte, Obama y Quang presidieron el primer acuerdo comercial de este viaje. La aerolínea vietnamita de bajo coste VietJet compró 100 aviones Boeing 737 Max 200 por un valor estimado de 11.300 millones de dólares (10.700 millones de euros).