Andrés Iniesta
CAPITÁN DEL FC BARCELONA
La crítica especializada destacó de forma unánime a Andrés Iniesta (32) como el jugador más valioso de la final de Copa. El capitán azulgrana, que suma 28 títulos con el Barça, se hizo dueño del balón con una actuación memorable.
El Sevilla había conseguido estrangular al Barça. Competitivo y extraordinariamente generoso en el esfuerzo el equipo de Emery había equilibrado la final y adquirió una buena superioridad teórica con la expulsión de Mascherano en el 36. Era un decorado desconocido para un Barcelona habituado a monopolizar la pelota ante rivales replegados. Le tocaba resistir, hacer de tripas corazón y ganar tiempo para planificar una rebelión. Cuatro futbolistas unidos por la fuerza de los orígenes, engendrados según los cánones de la Masia, dieron el paso al frente para liderar un plan que comenzó forzado por las circunstancias y concluyó con un espectáculo mágico.
Forzado por la emergencia Busquets se multiplicó para asistir a la defensa sin descuidar su función equilibradora. Huérfano de Mascherano, Piqué fortaleció su incontestable autoridad en el eje de la zaga. Messi no dudó en sacrificarse para colaborar en el centro del campo e Iniesta sintió la revelación de que debía tomar posesión del partido contra todas las adversidades. Desde que se juntaron en la primera plantilla hace ocho temporadas estos cuatro jugadores, que simbolizan la excelencia de la cantera blaugrana, han conquistado 23 títulos.
Aunque no han sido probadas científicamente, existen teorías que indican que los hermanos gemelos pueden sentir los pensamientos o sentimientos del otro en la distancia, como si tuvieran un sexto sentido. Algo parecido sucedió el domingo en el Vicente Calderón. Los hermanos de la Masia activaron al unísono el instinto de supervivencia. “Los jugadores de casa sentimos más los colores, pero es normal”, explicó Carles Puyol en su época de capitán. “Si yo me marchase fuera me dejaría la piel por el equipo, que es lo que tenemos que exigir a los de fuera, pero yo siempre seré culé”, precisó.
El plan blaugrana, con retoques en el entreacto, aguantó, pero en la reanudación la lesión de
ANTONI LÓPEZ TOVAR
Luis Suárez, la garantía realizadora del equipo, incrementó el desafío para los cuatro de la Masia. Piqué, que recuperó 15 pelotas en el partido, persistió en un nivel colosal y Busquets regresó al punto de equilibrio. Iniesta fue capitán en todos los sentidos. Levitaba sobre un campo de minas a base de inteligencia, desplegando un catálogo técnico amplio y exquisito. Conservó la pelota con maestría, practicó sorprendentes cambios de ritmo, llevó el juego siempre al lugar más provechoso, desarboló la presión sevillista. Oxigenó al Barcelona y, en definitiva, Andrés lideró la rebelión. Con 32 años ofreció una sorprendente sensación de frescura a lo largo de toda la prórroga. “Ha aguantado físicamente como si tuviera 25 años”, celebró José Antonio Iniesta, su padre, en conversación con este diario al final de un partido que vivió con tensión. La conexión entre los talentos de Iniesta y Messi terminó decantando la final. El argentino inventó, instalado en la fase de fabricación, el pase impecable a Neymar que propició la expulsión de Banega y equilibró numéricamente a los equipos para disputar la prórroga. Una jugada determinante. Ya en la fase de prolongación, Leo ofreció las asistencias que Alba y Neymar convirtieron en goles. El espíritu de la Masia condujo a la victoria blaugrana, pero Neymar cumplió escrupulosamente aquello que exigía Pujol a “los de fuera”: “Dejarse la piel por el equipo”.
HERMANOS DE CANTERA Piqué, Busquets, Iniesta y Messi activaron el instinto de supervivencia para desarrollar un plan genial
EL JUICIO PATERNO “Ha aguantado físicamente como si tuviera 25 años”, dice José Antonio Iniesta