El Estado Islámico golpea en la costa siria, bastión del régimen
Siete ataques yihadistas en Tartus y Jable dejan 145 muertos, casi todos civiles
El Estado Islámico (EI) golpeó ayer la costa siria, bastión del régimen, una zona hasta ahora muy segura, donde Rusia tiene una base naval y otra aérea. Varios atentados suicidas mataron a 148 personas y dejaron unos 200 heridos, según un recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos.
El país alauí, en el litoral mediterráneo, origen del clan de los Asad que gobierna Siria desde 1970, nunca había sufrido tantos ataques mortíferos por parte de los grupos armados yihadistas.
Al menos cinco terroristas suicidas participaron en siete ataques, para los que también emplearon vehículos trufados de explosivos. El objetivo principal fueron las estaciones de autobuses de Tartus y Jable. También atacaron dos hospitales y una central eléctrica.
Los ataques estaban muy bien coordinados y se produjeron de forma casi simultánea a primera hora de la mañana, aprovechando la hora punta.
Casi todas las víctimas son civiles. Entre ellas hay muchas mujeres y niños. El Gobierno sirio dio la cifra de 78 muertos. El Observatorio, que tiene colaboradores en todo el territorio sirio, precisó que en Jable había 97 víctimas mortales y en Tartus, 48.
La agencia Amaq, bajo control del EI, explicó que los atentados se habían planeado contra “concentraciones de alauíes” y en venganza por los recientes reveses de los yihadistas en varios campos de batalla de Siria e Iraq.
Los vecinos de Tartus fueron sorprendidos por esta inusitada violencia. Sus calles están desde hace años embadurnadas de fotografías de soldados y policías muertos en la guerra con los grupos armados de la oposición. El país alauí, de 6.500 kilómetros cuadrados, es montañoso, con ciudades como Latakia, Tartus, y Banias, y es el principal bastión del régimen, origen de muchos miembros de las fuerzas armadas, de los servicios de inteligencia y de funcionarios públicos. Estos ataques, por lo tanto, son un desafío en el interior de la región más próxima al régimen.
Los alauíes son una rama del chiísmo, mientras que en el EI sólo hay suníes.
El Gobierno de Damasco culpó de los atentados a “los regímenes extremistas, hostiles, de Riad, Ankara y Doha”, en alusión a los gobiernos que supuestamente financian al EI.
Rusia tiene en Tartus, desde antes de la guerra, una base naval y en Jable cuenta con una base aérea. A partir de estas dos instalaciones, lanza los ataques en apoyo de las tropas gubernamen- tales. El presidente ruso, Vladímir Putin, envió una nota de condolencia al presidente sirio, Bashar el Asad, y reiteró su disposición a seguir combatiendo el terror.
El portavoz del Kremlin recordó que los atentados son una muestra más de “la frágil situación en Siria” y consideró urgente reactivar las conversaciones de paz de Ginebra.
“Es la primera vez –exclamaba un vecino de Tartus– que he oído explosiones, he visto cuerpos descoyuntados en las calles, gente aterrorizada”.
Las provincias ribereñas de Latakia, Tartus y Banias, así como Sueida, en el sureste de la república, son las más seguras de Siria. Precisamente por este ambiente centenares de miles de habitantes de las regiones convulsas del norte, como Idlib y Alepo, donde la guerra hace incesantes estragos en la población, se han desplazado a la costa para sobrevivir y trabajar.
Ayer, después de esta serie de atentados sincronizados, vecinos de Tartus se desplazaron hasta un campamento de desplazados, donde increparon y amenazaron a sus moradores por considerarlos simpatizantes con el terrorismo. Algunas informaciones hablaban de tiendas incendiadas, pero el gobernador de la provincia quitó hierro a la tensión y negó que se hubieran producido incidentes serios.
Los episodios a veces sorprendentes de la guerra de Siria muestran hasta qué punto su final es incierto y lejano. En sus centenares de frentes se ganan y se pierden batallas cada día. Las palabras tregua, alto el fuego y negociación carecen de sentido para muchos de sus habitantes.
En algún momento se especuló con que Bashar el Asad podría atrincherarse en el país alauí ,sise debilitase su fuerza militar, pero el presidente ha dejado muy claro que quiere continuar la guerra hasta el final.
El objetivo principal de los terroristas fueron las estaciones de autobuses en la hora punta matinal