Iglesias y Garzón planean una intensa campaña común con Colau y Anguita
Los sondeos llevan a IU y Podemos a plantear una estrategia electoral conjunta
Los sondeos y las reacciones a ratos furibundas de otros partidos ante el acuerdo de Pablo Iglesias y Alberto Garzón para formar la coalición Unidos Podemos han aumentado la fe de los dirigentes de ambas organizaciones en la propia alianza, más allá de la que ya tenían en su efecto instrumental de suma de votos; si hasta hace poco unos y otros hacían hincapié en el carácter diferenciado de sus “campañas separadas”, ahora todos ponen el acento en la “coralidad” de sus mensajes electorales y se muestran más confiados en los actos conjuntos que organizarán, con apariciones de los dos líderes, así como de los de las confluencias territoriales y de figuras como Ada Colau y Julio Anguita.
Podemos ya no quiere que su coalición con IU aparezca en la campaña como un “matrimonio de conveniencia”, según la definió hace unos días el ex ecretario de Organización y diputado Sergio Pascual, sino como el gran “valor añadido” a la hora de “despertar ilusión” y ganar poderío electoral, según indica a La Vanguardia la secretaria de Coordinación de Áreas y jefa de gabinete de Iglesias, Irene Montero.
En la formación de los círculos se proponen “reforzar la idea de que, juntos, podemos ganar al PP”, añade Montero. Y ese juntos concierne tanto a Podemos e IU como a En Comú Podem (ECP), Compromís-Podemos y En Marea. Así que en realidad habrá seis campañas de esas cuatro coaliciones que seguramente acabarán formando un solo grupo en el Congreso: las de cada uno los dos aliados estatales y las tres confluencias, más una sexta –quizá la más impactante–, formada por las apariciones conjuntas de sus candidatos y referentes, con distintas combinaciones posibles en función del potencial y las necesidades mayores o menores en cada territorio. La meta es complementarse.
Además de repetir los dúos que Iglesias hizo antes del 20D con Ada Colau y la líder de Compromís, Mónica Oltra, Podemos prevé “más de un gran acto” de su líder codo a codo con Garzón. Y trabaja con la posibilidad de que uno de esos eventos se celebre tal vez en Andalucía con participación de Julio Anguita, no obstante haber declinado él cerrar la lista de Córdoba; dependerá del propio califa. Otro acto principal podría coprotagonizarlo Colau, que por su parte accedió ayer a cerrar simbólicamente la lista de los comunes en Barcelona; lo mismo que el regidor de Cádiz, Kichi González, la de su provincia.
La parte individual de las respectivas campañas les servirá a Podemos e IU para tratar de “fijar” a aquellos de sus votantes naturales que miran de reojo al otro socio de la coalición. Será en esos mítines donde Garzón y demás candidatos de IU insistirán en que no por ir con Podemos ellos van a renunciar a su vocación republicana ni a su rechazo a la OTAN aunque ninguno de esos puntos aparezca en el documento programático de “mínimos” pactado con los de Iglesias. Y será en esa parte de la campaña de Podemos donde, sobre todo Íñigo Errejón, podrá remarcar su persistente defensa de la “transversalidad” y de que “no sobra nadie”..., pese a ese consorcio con una formación tan explícitamente de izquierda.
“Queremos que nuestro millón de votantes se sienta cómodo” con la alianza, explica la jefa de campaña de IU, Clara Alonso. Lo primero para Garzón –añade– es “activar a nuestro electorado” con actos propios para luego acudir fuertes a los mítines comunes y “centrales” junto a Podemos y el resto de socios.
Los miembros de la coalición estatal
Serán seis campañas: las de Podemos, IU, En Comú Podem, En Marea, Compromís... y la de los actos conjuntos
y de las de Catalunya, Valencia y Galicia comparten ciertas consignas a seguir en sus actuaciones, sean por separado o conjuntas: dirigirse no sólo a sus seguidores y los de las formaciones hermanas pero también “al votante no habitual”, dice Alonso; insistir en “tender la mano al PSOE” como fuerza a la que se quiere ganar pero con la que se cuenta como “aliado necesario” para después de un 26-J que exigirá pactos; y, ante todo, subrayar la meta primordial de “sorpassar al PP”.
Todo eso requiere plantear una campaña en la que las fuerzas confluentes no busquen la suma de electores sino un “efecto multiplicador” de su asociación, afirman. Y aquí, además del obvio aunque no fácil imperativo de aparcar toda disensión, los coaligados harán lo posible por tocar la fibra de la ilusión en la victoria; por construir una épica que compense la fatiga de tantos meses de fracaso político. Es decir, ensayarán el rescate al desencantado mediante mensajes que tengan algo de íntimo. “Que se vea el brillo en nuestros ojos”, dice Irene Montero en expresión ya frecuente de la factoría Podemos. Es el intento de fabricar una política emocional ala medida de Unidos Podemos.