Entrevistador entrevistado
Jorge Javier Vázquez pasó por Còmics show (TV3) y conversó con un Àngel Llàcer que supo administrar las pausas dramáticas para propiciar los impulsos locuaces de su invitado. “No sé si en TV3 se puede decir penetración”, comentó Vázquez, al límite de la ironía inconveniente. Ya llevaba un rato intentando encontrar una posición mínimamente cómoda en uno de estos sofás diseñados para castigar a los que se sientan (quien desee profundizar sobre este elemento de tortura, que recupere la entrevista que hace años le hizo Manel Fuentes a Quim Monzó). Salvado del sofá por exigencias del guion, Vázquez también compartió con Llàcer y el profesor de canto Óscar Martínez un momento interesante: unos ejercicios para calentar la voz con ingredientes tan prometedores como la imitación de artistas en activo que responden a la descripción genérica de el burgués tuberculoso o la puta borracha. La predisposición de Vázquez a divertirse superó la contención preventiva que la prudencia recomienda en estos casos. Y esta generosidad confirma que el presentador es un entrevistado suicida, que alterna momentos de inseguridad narcisista, ramalazos de grandilocuencia descontrolada y lúcida y probaturas experimentales imprevisibles y extrañamente espontáneas. Parece que cuando pasa al otro lado del espejo, Vázquez siempre aproveche la oportunidad de ser el invitado que le habría gustado tener. En este caso, sin embargo, no hizo falta porque Llàcer le correspondió con la misma, simétrica, predisposición.
PERFUME A VALLADARES. El Còmic show también incluye una sección homenaje: la lectura dramatizada de la letra de canciones aparentemente banales y sin sustancia. Lloll Beltran y Peyu leyeron, con un énfasis trágico deliberadamente afectado, la letra del clásico Sopa de
caracol. Eso lo hacía, vestido de frac, el actor Paco Valladares en uno de aquellos programas tan celebrados del añorado dúo Salas-Summers donde, con una solemnidad que hacía llorar de risa y ademán de auto sacramental, declamaba el Achilipú de la gran Dolores Vargas. ¿Se puede decir penetración en TV3? Por supuesto que sí, pero también es verdad que da la impresión que Còmic show intenta proponer unos contenidos que especulan con la categoría genérica de “cosas a que no pasan habitualmente en TV3”.
TERROR POLÍTICO VEROSÍMIL. La serie noruega Okkupert plantea una hipótesis argumental terrible relacionada con la geopolítica: que en un futuro próximo, y con la complicidad de la Unión Europea, Noruega sea invadida por los rusos. ¿La causa? Haber descubierto una fuente de energía alternativa competitiva, que no contamina y que amenaza la hegemonía de los oligarcas del gas y del petróleo. Inspirada en una idea de Jo Nesbo, la serie funciona en dos direcciones simultáneas. Por un lado está lo bastante bien hecha para resultar convincente como simple ejercicio de intriga de política ficción. Por otro, plantea situaciones de deterioro de la democracia, de pérdida de soberanía y de sabotajes y chantajes a las voluntades populares tan aterradoras como verosímiles.
La predisposición de Vázquez a divertirse superó la contención preventiva que la prudencia recomienda en estos casos