El Rusiñol más unido a Girona
Pinturas, fotografías, dibujos y relatos plasman la relación del artista con el territorio
Santiago Rusiñol tenía una unión especial con Girona. Paisajes, jardines y rincones de pueblos y ciudades se plasman en sus óleos sobre telas y también están presentes en diferentes relatos que publicó en la prensa del momento. Dos artes, la de pintar y escribir, que el polifacético artista y exponente del paso al Modernismo iba alternando en distintos lugares por los que pasaba: Ripoll, Olot, Puigcerdà y, sobre todo, Girona y Arbúcies fueron algunos de los que más frecuentó, aunque no los únicos.
De este vínculo entre el artista y los espacios que le inspiraron trata la muestra que puede visitarse en el Museu d’Art, en la que se exponen una cincuentena de cuadros (algunos de gran formato), dibujos, escritos y fotografías.
La exposición, situada en más de 380 metros cuadrados de superficie, la más grande que se ha hecho del artista en la ciudad –y que a su vez permite seguir la trayectoria pictórica del artista–, exhibe obra desde el 1878, año en que Rusiñol expuso por primera vez por las Fires de Sant Narcís en Girona, hasta un año antes de morir cuando en 1830 pintó en Arbúcies los óleos sobre tela.
La vida y los paisajes de Olot, plasmados en diferentes telas o los característicos jardines son algunos de los ejemplos en los que se observa esta evolución de Rusiñol.
También destaca la Girona monumental (que bautizó como la Girona de piedra), las vistas de la Catedral, Sant Pere de Galligants, Sant Fèlix o los patios señoriales. Obras que Rusiñol pintó durante sus estancias a la ciudad entre el 1911 y 1929, intermitentes aunque ininterrumpidas. Tras llegar de París, se estableció un tiempo en Puigcerdà y a partir de aquel momento se centró en interiores.
En total se exponen diez dibujos del Ripollès y del Montseny a pluma y lápiz sobre papel; ocho obras pictóricas creadas en Olot en los años 1888 y 1889; cuatro pinturas hechas en la Cerdanya en 1890-1891; diez pinturas y un dibujo de Girona entre 19081927; un óleo de Hostalric del 1930 y cuatro jardines de Arbú- cies pintados entre 1927 y 1929.
La muestra, que puede visitarse hasta el 1 de noviembre y que lleva por título Santiago Rusiñol a terres gironines’, intercala obra pictórica y dibujos con artículos de prensa, donde Rusiñol publicaba sus crónicas, y además ofrece una selección de textos relacionados con los paisajes gerundenses. El visitante, por ejemplo, podrá acceder a cuatro volúmenes originales de La Vanguardia, de los años 1889, 1890, 1891 y 1892, en los que se encuentran artículos de Rusiñol, u otro de los que dedicó al Museu de Girona en su Glosari del semanario satírico L’Esquella de la Torratxa, con el pseudónimo Xarau, por citar algunos.
El recorrido se completa con fotografías (algunas de ellas inéditas) y una película de cuatro minutos que formó parte del gran homenaje que Girona le rindió al artista el 1926. Una cita, que reunió intelectuales y artistas de la ciudad, en la que Rusiñol declaró que “si bien no era gerundense de nacimiento, sí lo era de vocación y entusiasmo”, tal como reflejó la prensa en ese momento.
Las piezas que se exponen provienen de más de 40 prestadores, entre museos, particulares, archivos y bibliotecas.
La Girona monumental o la vida y los paisajes de Olot forman parte de su obra La muestra permite recorrer la trayectoria pictórica del pintor