El arte de vender CUCHILLOS
Fundada en 1911, Ganiveteria Roca es un comercio único en España en artículos de corte
Ramon Roca Santamaría fue un emprendedor de principios del siglo XX. Hijo de Cardona, aprendió el oficio de cuchillero en Ripoll, y más tarde en Barcelona con su tío Joan Santamaría. Su afán por conocer nuevas técnicas le llevó al taller de monsieur Avellin, en París, y a visitar las mejores fábricas de Solingen (Alemania), dos centros punteros en la fabricación de herramientas de corte. Retornó a Barcelona y en 1911 abrió una tienda-taller. Su experiencia en el extranjero le permitió ser el primero en fabricar artesanalmente navajas de afeitar y bisturís de alta calidad. Para ello, encargó a la casa Aubert Duval, de París, un yunque especial (que hoy puede verse en la tienda) e inició la importación de piezas europeas de calidad.
DELANTE DE UNA IGLESIA
En 1916, trasladó el negocio a su emplazamiento actual, en la plaza del Pi. El consejo de su tío fue decisivo: “Poneros en un lugar concurrido, delante de una iglesia”. Con el cambio de ubicación, Ramon Roca decidió darle un nuevo aire al local, decorado imitando el estilo vienés –muy propio de establecimientos extranjeros del sector–, y al nombre de Roca le añadió “Solingen París Barcelona”, en homenaje a los dos centros de producción de instrumentos de corte. “Es por ello que el comercio fue conocido como Can Solingen”, explica Lluís Torrente, gerente de Ganiveteria Roca.
La epidemia de gripe de 1918 terminó con la vida de Ramon Roca, y fue su hermano Josep quien se hizo cargo del negocio. “Josep intensificó la importación de productos fabricados en Solingen e introdujo, en los años treinta, cuberterías de acero inoxidable sueco, artículos de afeitar y manicura de Alemania, Inglaterra, Francia…”, añade.
La Guerra Civil y la postguerra cerraron las puertas a la importación, pero Ganiveteria Roca colaboró con fabricantes nacionales y continuó ofreciendo el servicio de reparación y fabricación de piezas por encargo.
La entrada en el Mercado Común significó la oportunidad de asistir a ferias internacionales y establecer nuevos contactos. “Con el paso del tiempo dejamos de fabricar y nos dedicamos a la comercialización y reparación, pero siempre buscando la calidad. Hoy importamos productos de Alemania, Italia o Japón, donde hay buenos artesanos...”
RELEVO ENTRE CUCHILLEROS
En 1990, con la muerte de Josep Roca, el negocio pasó a manos de sus hijas, M. Roser y Montserrat, y desde el 2000, con la jubilación de las hermanas Roca, es administrado por un grupo de cuchilleros de sólida tradición.
Hoy, con más de 7.000 referencias en instrumentos de corte y complementos –con la navaja de afeitar como producto estrella–, Ganiveteria Roca sigue fiel a la voluntad del fundador: “La especialización, la calidad y la atención al cliente son nuestras señas de identidad y lo que nos ha permitido sobrevivir a toda clase de vicisitudes”, concluye Torrente.
Las claves: una decidida apuesta por la calidad, la especialización y el asesoramiento