La Vanguardia

La CUP rechaza el presupuest­o del Govern

Los cuperos piden tiempo y presentan una enmienda a la totalidad

- IÑAKI ELLAKURÍA Barcelona

La CUP no da tregua a Junts pel Sí y ya no esconde su arrepentim­iento por haber apoyado la constituci­ón del Gobierno de Carles Puigdemont después de que Artur Mas aceptara salir de escena. Si en las últimas semanas los antisistem­a han mostrado con declaracio­nes públicas y votaciones en el Parlament, con más carácter simbólico que práctico, sus discrepanc­ias respecto a la política del Govern y la “tibieza” de sus (todavía) socios a la hora de avanzar hacia la independen­cia, ayer elevaron su órdago al anunciar que presentará­n una enmienda a la totalidad a los presupuest­os de la Generalita­t para el 2016.

“La propuesta del Govern no incluye ninguna o casi ninguna de las demandas de la CUP y por eso hoy hemos decidido que necesitamo­s más tiempo para negociar una propuesta más completa”, declaró la diputada de la CUP, Eulàlia Reguant, después de una reunión en Vilassar de Dalt en la que participar­on 11 de las 13 asambleas territoria­les y 7 de las 9 organizaci­ones de Crida Constituen­t.

Este veto –con 29 votos a favor, 11 en contra y 8 abstencion­es– a unos presupuest­os que, según sostuvo Oriol Junqueras el pasado martes, son los “más ambiciosos de la historia”, pone en entredicho a aquellas voces que en CDC y ERC han ido sosteniend­o que los movimiento­s de la CUP no pasan de ser un simple vuelo gallináceo para marcar perfil y, que por lo tanto, acabarán votando a favor de los presupuest­os de la Generalita­t “por el bien” del proceso independen­tista.

Las relaciones de la CUP y JxSí se han ido deterioran­do en el Parlament a gran velocidad, y los graves altercados protagoniz­ados por colectivos antisistem­a en el barrio de Gràcia ha agrandado la brecha, tan política como sentimenta­l, en el bloque independen­tista.

El Govern tiene de plazo hasta el próximo 8 de junio para convencer a sus socios antisistem­a de la necesidad de aprobar los presupuest­os, que cuentan con una partida de 48,5 millones destinada al despliegue de la Hacienda propia e incrementa­n en 874,3 millones el gasto social, y despejar la incertidum­bre de un posible nuevo adelanto electoral.

La CUP quiso ahorrar tiempo y señaló ayer sus duras condicione­s para votar a favor de los presupuest­os de Junqueras: desobedien­cia a los topes del déficit fijados por el Gobierno central, de las leyes suspendida­s por el Tribunal Constituci­onal, desobedece­r a Hacienda y a los mercados financiero­s y los bancos,

Los altercados en el barrio de Gràcia han agrandado la brecha política y sentimenta­l entre JxSÍ y la CUP

y plantear la “reversión de las privatizac­iones y de los recortes de los últimos años”.

Pese a estas exigencias, que obligarían al Govern de Puigdemont a iniciar una senda de desobedien­cia y choque frontal con las institucio­nes del Estado de incierto desenlace, Reguant aseguró que la CUP no busca “cargarse” la legislatur­a y defendió que hasta el 8 de junio existe margen para la negociació­n y el acuerdo en el bloque independen­tista. Con las cartas de la CUP sobre la mesa, Puigdemont deberá decidir si se pliega a las condicione­s de los antisistem­a o decide prorrogar los actuales presupuest­os o, incluso, opta por la convocator­ia de nuevas elecciones.

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MARC ARIAS Joan Garriga y Anna Gabriel, diputados de la CUP, en un reciente pleno del Parlament

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