Sindicalismo a la baja
UGT y CC.OO. han perdido una quinta parte de sus afiliados durante los años de la crisis y quedan por debajo del millón
Los dos principales sindicatos españoles, UGT y CC.OO., han perdido una quinta parte de sus afiliados a lo largo de los años de la crisis económica, en paralelo al crecimiento del desempleo, hasta caer en ambos casos por debajo del nivel del millón de miembros al corriente de sus cuotas.
La crisis ha tenido serios efectos en la afiliación sindical. Los dos principales sindicatos españoles, UGT y CC.OO., han perdido una quinta parte de sus afiliados a lo largo de los años de recesión, en paralelo al crecimiento del desempleo, hasta caer en ambos casos por debajo del nivel del millón de miembros al corriente de sus cuotas.
Según datos recopilados por Efe, UGT ha pasado de 1.152.451 afiliados en diciembre del 2008 a 928.846 a cierre del 2015 (pérdida del 19,4%), mientras que CC.OO. ha pasado de 1.201.520 a 909.052 afiliados en ese mismo periodo (-24,3%). Esto implica además que, durante la crisis, la central sindical de la que Ignacio Fernández Toxo es secretario general ha perdido el primer puesto nacional respecto a la que ha empezado a dirigir Josep Maria Álvarez.
En el caso del sindicato de funcionarios CSIF la bajada en este periodo ha sido más leve, ya que ha pasado de 175.200 afiliados a 174.848 (un 0,2% menos), mientras que USO tenía a cierre del 2015 un total de 114.612 afiliados, frente a los 121.165 de diciembre de 2008 (un 5,41 % por debajo).
Un informe de la Fundación Alternativas de esta semana con el título Transformaciones en el trabajo y movimiento sindical. Propuestas para una renovación necesaria, de Beltrán Roca, advierte que los sindicatos se encuentran ante “enormes desafíos”. Aunque las centrales “resisten el envite” y aún preservan índices moderados de afiliación, sobre todo en las empresas grandes en las que tienen representantes unitarios, el número global de afiliados y el apoyo social están “claramente en declive”, señala.
Roca explica que, tras el 15-M, buena parte de la energía y el conflicto social se desarrollan a través de nuevas organizaciones como la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH), las mareas, partidos como Podemos y las candidaturas municipalistas, “desplazando del centro del tablero al sindicalismo”, al que observan con cierto recelo.
Desde el interior de los propios sindicatos mayoritarios, cada vez mayores voces reclaman una renovación, como es el caso de Ganemos CC.OO, una iniciativa firmada por cerca de 2.000 afiliados que aboga por acometer importantes cambios en la práctica y los estatutos de esta central sindical.
En los años setenta, añade el autor, se otorgó a los sindicatos un “alto poder social”, basado en el reconocimiento y respaldo institucional, a cambio de una actuación moderada tanto en las empresas como en la movilización social. Así, en la actualidad una de las particularidades del sistema sindical español es su baja base social en relación con el nivel de representación y cobertura de la negociación colectiva, lo que a su juicio define un modelo muy inestable y vulnerable ante ataques gubernamentales, patronales y mediáticos, o reformas legislativas. En todo caso, los sindicatos españoles no están ni mucho menos en vías de desaparición, y cuentan con fortalezas como ser las organizaciones civiles con más número de afiliados, o el reconocimiento entre los trabajadores de su sistema de representación. “El sindicalismo sigue siendo un actor imprescindible para la consecución y mantenimiento de la justicia social y las políticas redistributivas”, concluye el informe. Por ello, propone ideas como democratizar la estructura interna; reforzar el control de los representantes y la transparencia; modificar el sistema de financiación para evitar irregularidades y dependencia; fortalecer alianzas con otros actores de la sociedad civil; impulsar campañas en sectores con bajo nivel de afiliación; incrementar la intervención en las pymes; promover la participación directa y activa, y apostar por la negociación flexible.
Al cierre del 2015, UGT ha adelantado a CC.OO. en número de afiliados al corriente de las cuotas