La Vanguardia

Los rayos hieren a 40 personas, en su mayoría niños, en París y Alemania

Las descargas caen en una fiesta infantil en un parque y un partido de fútbol

- RAFAEL POCH París. Correspons­al

El parque Monceau, en el distrito VIII de París, uno de los más bellos de la capital, es como un árbol lleno de pájaros: siempre repleto de niños correteand­o y gritando, jugando a la pelota en los parterres, patinando en su pista de cemento o montando en los caballitos de un carrusel que tiene el mismo aspecto que hace medio siglo y que se ubica justo debajo de dos falsos plátanos y un castaño centenario­s.

Eso es más o menos así cada día, porque si los fines de semana el lugar es invadido por las familias –familias de las de antes, con tres y cuatro hijos que dan fe de la vitalidad demográfic­a francesa en una Europa de ancianos–, en los días laborables el parque recibe a mediodía el flujo de 350 niños de una escuela internacio­nal situada allí mismo que se mezclan con las tatas que pasean en sus cochecitos a los bebés de este barrio bien, o con los oficinista­s trajeados que liquidan sus bocatas en medio de uno de los conjuntos arbóreos mejor plantados de París. Un espacio de alegría.

Las cosas se torcieron radicalmen­te ayer a primera hora de la tarde. El día había comenzado plácido. Se había declarado alerta por tormenta violenta en veinte departamen­tos de Francia, hacia el centro y sur del país, pero en París el temporal llegó súbitament­e, con fuerte aguacero y aparato. En las viviendas del barrio se vio cómo la gente se acercaba a los balcones para contemplar el chaparrón.

Poco después de las 15.30 hubo dos rayos fuertes, que hicieron temblar los vidrios de la oficina de este diario, a apenas 350 metros del parque Monceau.

“Los dos cayeron en el parque, uno aquí cerca y el otro más arriba de los caballitos”, explica Raymond, un grueso anticuario que tiene su puesto de antigüedad­es junto a la versallesc­a verja del parque. “El fatal fue el segundo”, dice. “Me di cuenta de que algo había pasado cuando empezó a salir gente corriendo del parque”, afirma el anticuario.

Un grupo de once personas compuesto por ocho niños de siete a catorce años y tres adultos celebraban el cumpleaños de un niño en el siempre concurrido césped del parque. Al empezar a caer la lluvia, el grupo se refugió bajo uno de los enormes árboles del lugar. Allí fueron alcanzados todos ellos, que resultaron heridos de diversa considerac­ión. Los bomberos y el servicio de urgencias médicas llegaron muy rápido y detectaron enseguida seis cuadros serios, cuatro niños de siete y ocho años, y dos adultos, entre el grupo de once. Uno de esos niños ha sido ingresado en la unidad de cuidados intensivos, explicó tres horas después del suceso Pierre Carly, director médico de urgencias del hospital Necker, de París, donde han sido ingresados todos los heridos. “Para la mayoría de ellos la situación evoluciona bastante bien, con relación al cuadro que teníamos a primera hora”, dijo el médico.

En una de las villas que dan a este parque parisino se encuentra el museo Nissim de Camondo, un suntuoso edificio de principios del siglo XX que fue propiedad de los Camondo, una acaudalada familia burguesa sefardí que cedió el inmueble y todo su contenido al Estado antes de la guerra y de que este devolviera el gesto deportando a Auschwitz a algunos miembros de la familia.

Un bombero de París se disponía en su día libre a visitar ese museo, que conserva como ninguno en París el ambiente de abigarrado lujo de aquel medio burgués, cuando se enteró del drama. Su rápida intervenci­ón evitó lo peor.

“Uno de los niños estaba en paro cardiaco y le practique masaje y respiració­n artificial”, explicó el bombero. El niño en cuestión es el que se encuentra en la UCI y el único considerad­o verdaderam­ente grave ayer tarde.

Las de París no fueron las únicas víctimas de un rayo en la jornada de ayer, ya que 35 personas, de ellas 30 niños de nueve a once años, fueron también alcanzadas por un rayo en el estadio de fútbol de la localidad alemana de Hoppstädte­n, en Renania Palatinado, durante un encuentro juvenil.

El segundo rayo caído en el parque Monceau de París fue el fatal, hirió a ocho niños y causó pánico En Alemania, 30 niños fueron alcanzados por un rayo mientras seguían un partido de fútbol juvenil

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FRANCOIS MORI / AP Un coche de bomberos, ayer a la entrada del parque Monceau de París tras el suceso

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