Voto soberanista en la niebla
Los escaños del nacionalismo vasco y del soberanismo catalán parecen haber perdido peso en el Parlamento español, pero ese puede ser un efecto óptico.
La expresa prohibición del comité federal del PSOE a Pedro Sánchez de pedir el voto de los soberanistas catalanes condicionó poderosamente su audaz y fracasado intento de investidura. El propio Sánchez acaba de reconocer que la cuestión de Catalunya impidió alcanzar un pacto de gobierno, en la medida que Podemos defiende un referéndum para resolver la cuestión independentista y el PSOE rechaza de plano tal posibilidad.
Si el 26 de junio no da un vencedor claro, el trilema volverá a ser el mismo de diciembre: gobierno en minoría del PP previa abstención del PSOE, gran coalición, o acuerdo de izquierdas con apoyo vasco y catalán. Si PP y Ciudadanos lograsen sumar 169 o 170 escaños, los seis votos casi seguros del PNV valdrían su peso en oro. Atención a las elecciones vascas de octubre: el ascenso de Podemos en Euskadi puede impedir que el PNV disponga de una cómoda mayoría con apoyo socialista. En tal caso, los escaños del PP en el Parlamento de Vitoria podrían fabricar interesantes trueques.
En Catalunya, el banco de niebla en el que se halla el procés –la CUP acaba de presentar una enmienda a la totalidad a los presupuestos de CDC-ERC– no estimula el voto soberanista. Convergència y Esquerra quizá lamenten no haber acudido juntos a la cita del 26-J. Hay encuestas que pronostican una fuerte subida de los comunes en la provincia de Barcelona.