La gran pérdida es el cotilleo
“Cuando uno prescinde del móvil, mejoran todos los ámbitos de su vida: se hace más deporte, se habla más en familia, se lee más, mejora el rendimiento escolar o laboral...”, explica Marc Masip. Asegura que lo reconocen las familias y los chavales que pasan por su consulta para desengancharse del móvil, que de lo único que se quejan es de que no pueden cotillear. “Al principio tienen miedo a perderse planes con los amigos, pero luego ven que de las citas se acaban enterando igual; lo que se pierden es el cotilleo, las fotos de Instagram..., y ganan mucho tiempo”, enfatiza.