El rosa es de Nibali
Chaves sucumbe en el último día de montaña ante el ataque escalonado del Astaná
Otra etapa corta convertida en un sube y baja constante de tres puertos, todos por encima de los dos mil metros, dio el vuelco definitivo al Giro 2016. En Vars ardió el pelotón, en La Bonette se encendieron las luces rojas y en la Lombarda estalló el líder. Esteban Chaves, aislado, se había achicharrado lentamente al ritmo impuesto por Scarponi y Fuglsang y cuando Nibali dio el último giro de tuerca el portador de la maglia rosa comprendió que aquello era el fin. Nibali se fue por delante, halló la colaboración de otro gregario, Kangert, que había formado parte de la fuga del día y le estaba esperando y finalmente coronó Lombarda con casi un minuto sobre Chaves.
La etapa la ganó el estonio Taaramae, pero esa era otra guerra. El Giro se jugaba unos minutos después y en la meta del santuario de Santa Anna di Vinadio (el más alto de Europa, a 2.035 metros sobre el nivel del mar) Nibali entró solo, como los campeones. Valverde llegó poco después, a 13 segundos, pero Chaves fue incapaz de taponar la hemorragia de segundos. Tenía 44 de renta sobre Nibali en la línea de salida, perdió un minuto y 36 segundos cuatro horas y pico más tarde, en la llegada.
Chaves fue despojado del rosa en vivo sobre el asfalto. Nibali, con la colaboración estratégica impecable del Astaná, acogotó a su rival y hoy en Turín conquistará su segundo Giro (ganó el del 2013) y su cuarta gran carrera por etapas (también logró el Tour, en el 2014, y la Vuelta, en el 2010).
“Una jornada fantástica”, reconocía el nuevo rey del Giro. “Formamos un grupo de amigos y todos han estado formidables. Antes de la etapa estaba muy tranquilo, sin el menor temor. Ni a ganar, ni a perder. He podido correr con la mente libre”.
La última etapa decisiva del Giro mostró además un Steven Kruijswijk valeroso, dispuesto a llegar al final con sangre fría, sin dejarse dominar por el dolor de las contusiones de su caída del viernes. Se defendió con bravura y al final incluso logró cruzar la meta unos segundos por delante de Chaves. Pero no acabará en el podio porque el incombustible Alejandro Valverde volvió a deparar una soberbia actuación que lo ha resituado en la tercera plaza de la general. Su descenso de Lombarda fue extraordinario y de esta manera Valverde se unirá hoy a los pocos ciclistas españoles que han conseguido acabar en el podio las tres grandes: Fuente, Indurain, Sastre, Contador, Purito Rodríguez y él. Seis en total.
A pesar de verse desposeído de la maglia rosa, Chaves no tuvo una mala cara, al contrario. Ayer recibió la visita de sus padres (“es la primera vez que pisan Europa”, explicó) y luego dio una lección de deportividad con una sonrisa en los labios: “Me siento feliz, claro, he hecho el máximo. Nibali y Scarponi han demostrado que eran más fuertes y no pienso buscar excusas. Esto es ciclismo, el Giro, una carrera de más de 80 horas y tres mil kilómetros. Vendrán días mejores y otras victorias”.
También hubo cambio de líder en el premio de la montaña. Mikel Nieve se ha asegurado el triunfo y será el primer español que es proclamado mejor escalador desde el 2006.
EL PODIO Valverde acabará tercero hoy en Turín y Nieve se apodera del premio al mejor escalador