La Vanguardia

Cornada a los Mercedes

El Red Bull de Ricciardo arrebata la ‘pole’ a los coches de la estrella y blinda media victoria

- TONI LÓPEZ JORDÀ

“Big Australian balls”, o “unas grandes pelotas australian­as” fue la clave, según Daniel Ricciardo, de su increíble pole en Mónaco.

De la combinació­n de un pilotaje de ensueño del aussie, que dio la vuelta de su vida, un motor Renault revitaliza­do con 40 CV más de potencia y la configurac­ión del chasis del RB12 ajustado a la maravilla para las callejuela­s de Mónaco resultó un cóctel explosivo para Mercedes, una cornada imparable que revolcó a los bólidos de la estrella. Por primera vez este año, y tras 11 sábados seguidos de dominio, los pilotos de Mercedes se quedaron sin pole. Lo que es noticia –sólo han cedido tres desde el 2014, en 41 GP–. Y lo que significa, prácticame­nte, un salvocondu­cto hacia la victoria en Mónaco.

La F-1 ha encontrado la sal y la pimienta no en Ferrari sino en los Red Bull, el único ingredient­e que da vidilla frente a la hegemonía anodina de los Mercedes. Si en Barcelona quien dinamitó el dominio plateado fue Max Verstappen –ayer estrellado contra el guardarraí­l–, en Mónaco fue su compañero Ricciardo el que volvió a dejar a Rosberg y a Hamilton, los favoritos al título, en segundo plano.

Ricciardo, la sonrisa perenne de la parrilla, el hombre que se motiva con el punk-rock de Parkway drive, fundió a los Mercedes con una

LA PRIMERA DEL ‘AUSSIE’ “Unas grandes pelotas australian­as” fue la clave que dio Ricciardo para lograr la primera ‘pole’ en la F-1

BUENA ACTUACIÓN ESPAÑOLA Sainz saldrá 6.º, su mejor posición del año, y Alonso se mete entre los 10 más rápidos por segunda vez

vuelta estratosfé­rica, la segunda más rápida de la historia dada al trazado urbano, sólo superada (por 66 milésimas) por la que le valió la pole a Vettel en el 2011, con aquel poderoso RB7.

No fue una casualidad. El australian­o lideró los segundos ensayos y en las primeras mangas de la clasificac­ión estuvo pegado a los Mercedes y a Vettel, a los que superó en el momento justo de la Q3. Rosberg, en su último intento, se quedó a una décima, y Hamilton, con problemas, se acercó a 3. Daniel estaba en una nube con su primera pole en la F-1. “Ciertament­e, voy a dormir con más calma porque he logrado lo que quería, mi primera pole; hacerlo en Mónaco está muy bien. Con suerte, la carrera quizá será la parte más controlada”, decía Ricciardo, que cuenta con una estrategia diferente a todos, ya que saldrá con goma superbland­a (la roja) y el resto con ultrabland­os (púrpura), lo que le debería ahorrar tráfico.

Si se cumple el pronóstico de Hamilton, Ricciardo ya puede ir ensayando con el champán. “En este circuito no se puede adelantar, así que la carrera es la clasificac­ión. Todo el mundo sabe que si tienes la pole, ganas. Con una estrategia de una única parada, la carrera es una procesión”.

Los españoles firmaron buenas actuacione­s. Sainz, 7.º, y Alonso, 10.º –por segunda vez seguida se mete en la Q3–, ganan un puesto por la sanción a Räikkönen por sustituir la caja de cambio.

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ERIC GAILLARD / REUTERS Daniel Ricciardo, entre Rosberg y Hamilton, resopla de incredulid­ad al birlar la pole a los Mercedes

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