La Vanguardia

Fútbol sobre ruedas

El Reus, a un paso del ascenso histórico a Segunda, se ha transforma­do en sólo dos años

- ESTEVE GIRALT

Si Reus (Baix Camp) fuese deportivam­ente una ecuación, sería igual a hockey patines más historia, palmarés y prestigio, incluso a escala internacio­nal. El futbol no ha echado raíces en la ciudad, comparable a su vecina Tarragona por población, dimensión y dinamismo. El histórico Club de Futbol Reus Deportiu (1909) ha malvivido mayoritari­amente en Tercera (46 temporadas), apenas tiene experienci­a en Segunda División B(5) y jamás ha jugado en Segunda A. Su masa social ronda los 2.000 socios, y el estadio municipal, con poco más de 4.000 asientos, casi nunca se llena. ¿Cómo se explica pues que un club en apariencia tan humilde tenga todas las papeletas para convertirs­e hoy en equipo de la Liga Adelante, capaz de pasar por encima de un histórico ex Primera como el Racing de Santander? ¿Milagro?

“El presidente del Racing me dijo el domingo en el Sardinero: ‘¿Pero de dónde coño habéis salido vosotros?’. No estaba enterado... lo nuestro no es fruto de ninguna casualidad, empezamos la temporada con un objetivo muy claro”, explica Xavier Llastarri, el veterano presidente del Reus. La ambición, el ascenso, con un presupuest­o para este año de unos dos miescudo. llones de euros, entre los más altos de su grupo y categoría.

La no casualidad del Reus empezó tres años atrás, cuando el destino de los rojinegros se cruzó en el camino de Joan Oliver, exdirector general del Barça en la era Laporta. Se convirtió en máximo accionista ante el recelo de parte de los socios. El presidente Llastarri, reusense, tuvo que tranquiliz­arles asegurando que dejarían escrito que el equipo nunca abandonará la ciudad ni cambiará sus colores ni Oliver buscaba un equipo en Segunda B para poder invertir, implantar una estructura profesiona­lizada y materializ­ar un objetivo tan claro como complejo: dar el salto, a corto plazo, a 2.ª A, en la élite.

“La llegada de Joan lo ha trastocado todo, se han mejorado todas las áreas. En dos años hemos dado un salto espectacul­ar, hace un tiempo impensable, y esperamos poder redondearl­o”, añade Llastarri. En las oficinas del club se respira ilusión y confianza. El 0-3 de Santander permite afrontar con optimismo el partido más importante de su historia.

En las taquillas no quedan entradas, y esto, en una ciudad tan poco futbolera, es noticia. La asistencia media durante toda la temporada no ha superado los 1.500 espectador­es. La ubicación del campo, en un polígono industrial, a las afueras de Reus, no parece tampoco excusa. En el centro de la ciudad, en la plaza Prim, escenario habitual de las celebracio­nes de las Copas de Europa o las Ligas ganadas sobre patines, la estatua del ilustre general luce esta semana en su frente una bufanda rojinegra.

Hace un año el equipo de Natxo González ya se clasificó para el playoff de ascenso por primera vez en su historia, aunque cayó eliminado. El técnico vitoriano, que ya logró el ascenso con el Alavés y a punto estuvo de hacer lo mismo con el Sant Andreu, es uno de los artífices del no milagro grana. Metódico y trabajador, González ha imprimido una fuerte personalid­ad a un equipo que defiende con el balón. No fue casualidad tampoco que el Reus jugase este curso contra el Atlético de Madrid en la Copa y fuese capaz de plantarle cara en casa.

González intenta mantener ahora a sus futbolista­s al margen de la euforia y del entorno, confiado porque el Racing parece tocado después del batacazo del domingo, con sus jugadores sin cobrar la nómina desde hace meses. También los futbolista­s rojinegros denunciaro­n impagos meses atrás por problemas puntuales de tesorería, según justificó públicamen­te el club. La deuda se acabó saldando, y regresó la tranquilid­ad a un vestuario que ahora sueña con dar el salto.

Si se analiza la plantilla rojinegra, se comprueba con sorpresa que tiene a cuatro jugadores portuguese­s y que, de los tres goleadores del Sardinero, dos son lusos: Dinis Almeida, internacio­nal sub-19, y Vítor Silva, de 32 años, con 100 partidos en Primera División. Otro nombre explica las reglas del curioso universo rojinegro: Jorge Mendes. La relación de Oliver con el representa­nte de futbolista­s más famoso

DOS MILLONES DE PRESUPUEST­O Joan Oliver ha aprovechad­o su relación con Jorge Mendes para fichar futbolista­s portuguese­s

del mundo ha hecho que el equipo se haya convertido en un buen escaparate para jugadores jóvenes con proyección o penúltima escala de veteranos como Silva.

Los reusenses futboleros, acostumbra­dos a mirar con recelo a Tarragona, se frotaban las manos al pensar en un Reus-Nàstic la próxima temporada, como ya pasó hace un año en Segunda B. La casualidad ha querido que justo el año del Reus sea también, si se cumplen las expectativ­as, el del posible regreso del Nàstic a Primera División. El fútbol en ocasiones corre más veloz que las ilusiones, como si fuera sobre ruedas.

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VICENÇ LLURBA El entrenador del Reus, Natxo González, el pasado martes

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