“Tenemos derecho a un gobierno, aunque sea en minoría”
Antón Costas, presidente del Cercle d’Economia
Ensu última reunión en como presidente del Cercle d’Economia, Antón Costas (Vigo, 1949) ha insistido en que del 26-J debe salir un gobierno. “Tenemos derecho –reitera en conversación con La Vanguardia–, aunque sea en minoría, es algo normal en muchos países”. A su juicio, esta salida es “mejor que seguir con un gobierno provisional y tener que ir a unas terceras elecciones”. Por ello, aboga por un “nuevo pacto entre partidos que facilite la gobernabilidad”.
Esta cita ha sido la más explícitamente política de los últimos tiempos. Cuando comenzamos a organizarla pensábamos que tendríamos el nuevo gobierno y que podríamos hablar del programa que aplicaría para superar los problemas que tiene el país, que, a nuestro juicio, son la fractura social y la necesidad de dar salida a la crisis en términos de mejora de productividad y no sólo de caída de costes. Pero no ha sido así. Hemos tenido que reorientar las jornadas. Hemos planteado una fórmula que incentive, casi que fuerce, a la formación de un gobierno. Si los partidos no son capaces de formar una coalición que tenga mayoría absoluta, les proponemos que dejen gobernar a aquel que tenga mayor número de diputados propios o en coalición. Y si hay empate en esta fórmula, que se adopte la de los ayuntamientos y gobierne quien tenga más diputados. Así se introduce un incentivo para que a nadie le salga gratis inhibirse.
A la vistas de las intervenciones de los cuatro principales líderes en la reunión, ¿lo ve posible? Me parece que hemos puesto una pica en Flandes. De manera más o menos expresa, los cuatro [Mariano Rajoy, Pedro Sánchez, Pablo Iglesias y Albert Rivera] han participado de esta idea. Ninguno desea que haya unas terceras elecciones. Veremos qué pasa…
El año pasado en Sitges, el tema catalán estuvo muy presente. ¿Advierte cambios? Ha habido pronunciamientos sutiles que confirman algunos cambios. El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, dijo que no le veremos cometer una ilegalidad. Y el vicepresidente Oriol Junqueras, que podremos encontrar personas que sean tan europeístas como él, pero no más que él. Parece que no quieren romper el marco europeo o saltarse la ley. Lo celebramos. Pensamos que los problemas no pueden reducirse a o esto o lo otro, sino subdividirlos en problemas de más o menos. Así se pueden abordar. Ahora los dos gobiernos vuelven a hablar. Hay recorrido. También hemos dicho que el referéndum, legal, acordado y bien informado, no tiene que ser el punto de partida, sino de llegada. Si de forma continuada y consistente, en elecciones diferentes, los partidos que llevan en su programa la independencia tienen mayoría, necesariamente habrá que hacer algún tipo de consulta.
Pablo Iglesias y Ada Colau han sido las grandes novedades en Sitges. La realidad ha cambiado, y debían estar aquí. Iglesias representa una fuerza de escala española con un importante porcentaje de voto, y la de Colau fue la más votada en Catalunya el 20-D. Pero ella fue invitada como alcaldesa. Es la primera vez que un alcalde de Barcelona está en Sitges. Las ciudades se han transformado en actores fundamentales para hacer frente a la fractura social. Son el escenario del conflicto e instrumentos básicos para la cohesión.
¿La parálisis política en España está afectando a la economía? En cualquier economía desarrollada, cuando se entra en periodo de elecciones, el sector privado frena un poco las decisiones de inversión y se compensan a su vez por el aumento del gasto público. Después de los comicios y de la formación de gobierno, todo se normaliza. La anormalidad de los últimos meses en España seguro que influye en la inversión. Fíjese, lo hemos notado en Sitges. No han venido las autoridades europeas de primer nivel que habíamos invitado, y tengo la convicción de que su ausencia está motivada por la falta de gobierno.
En su etapa al frente del Cercle se han ampliado los objetivos de la entidad con más elementos de carácter social. No son aspectos extraños a la casa. Desde sus orígenes en los años cincuenta, el Cercle ha hablado de la economía social de mercado, de capitalismo inclusivo. Quizás sí, yo lo he activado, pero seguro que seguirá los próximos años. Está en el ADN de la entidad.
En noviembre habrá cambio en la presidencia. ¿Cuál debería ser el perfil de su sucesor? ¿Es el momento de pasar el relevo a una generación más joven? Es una opción. Tenemos tres vicepresidentes que podrían ser perfectamente presidentes. Y uno es bastante joven [Marc Puig, presidente ejecutivo de Puig, nacido en 1962]. En el Cercle hay una tradición democrática de escuchar a los demás y luego buscar el sentido general. Por eso normalmente los nuevos presidentes suelen ser personas que ya están en la junta y se han empapado de esta manera de trabajar.
EL TEMA CATALÁN “Ha habido algunos cambios, los dos gobiernos vuelven a hablar, hay recorrido”