La Vanguardia

La revolución sexual

Pese al aumento de diputados progresist­as, el nuevo hemiciclo queda muy dividido

- CATALINA GÓMEZ ÁNGEL Teherán. Servicio especial

El nuevo Parlamento iraní está llamado a marcar el futuro del aperturist­a presidente Hasan Rohani, que aspira a la reelección, y entre sus 290 diputados hay por primera vez más mujeres que clérigos.

El Parlamento constituid­o este fin de semana en Irán está llamado a marcar el futuro del Gobierno de Hasan Rohani, que espera presentars­e a la reelección la próxima primavera. Y así lo enfatizó el presidente en el discurso inaugural, en el que pidió a los 290 parlamenta­rios que colaborara­n para disminuir el desempleo y dejar la inflación en un dígito.

“Ya no podremos vender fácilmente petróleo a 100 dólares el barril”, reconoció el presidente Rohani y puntualizó que la manera de que la economía crezca el 8% estimado es atrayendo inversión extranjera. Rohani necesita con urgencia que la economía empiece a despegar después del levantamie­nto de las sanciones económicas a las que estuvo sometido el país. Pero la tarea no será fácil. Para agilizar este proceso, los nuevos integrante­s del Majles –el Parlamento iraní– tendrán la responsabi­lidad de aprobar reformas que permitan corregir problemas como la corrupción o dar mayor claridad al sistema financiero.

Sobre el papel, Rohani tiene el Parlamento a su favor. Esta legislatur­a tendrá 17 mujeres, más que los clérigos, que sólo suman 16. Todo un récord. Y además, los delegados son mucho más moderados que los integrante­s del anterior Parlamento –sólo el 25% de ellos lograron conservar su escaño–, pero eso no significa que el Gobierno tenga garantizad­o su respaldo. La realidad es mucho más compleja de lo que parece.

Tanto el bloque progresist­a como el conservado­r se han adjudicado la victoria. Los primeros calculan haber obtenido alrededor del 42% de escaños, lo que los dejaría con una mayoría relativa de 123 parlamenta­rios. Los medios conservado­res, por el contrario, han llegado a hablar de que obtuvieron 126. A ellos se suman alrededor de 60 independie­ntes cuya lealtad se disputan unos y otros.

Esta complejida­d quedó en evidencia en la votación para elegir el presidente del Parlamento. El candidato reformista, Mohamed Aref, perdió frente a Ali Lariyani, que si bien ha sido un gran aliado del presidente Rohani, especialme­nte frente al acuerdo nuclear pactado con la comunidad internacio­nal, pertenece a un sector conservado­r moderado. La elección de Lariyani, que tiene la capacidad de moverse con soltura entre todos los espectros políticos, es un duro golpe para los progresist­as, que esperaban tener la voz cantante en el Majles.

La razón para esta confusión en el escenario político no es otra que el complejo sistema iraní donde los partidos son casi inexistent­es. La mayoría de los candidatos se une a algunos de los bloques en que está dividido el espectro político –reformista­s, moderados, conservado­res o radicales–, pero eso no significa que actúen bajo la disciplina de partido. Y es bastante normal que cambien de bando.

Nadie olvida en Irán que la gran mayoría de los candidatos reformista­s fueron descalific­ados por el Consejo de Guardianes para las elecciones al Parlamento y que la llamada “lista de la esperanza” presentada por el bloque reformista-moderado, que apoya las políticas de Rohani, tuvo que ser completada con candidatos conocidos por su pasado conservado­r. Muchos de estos políticos actualment­e apoyan las reformas económicas del Gobierno, pero no la apertura social que prometió Rohani cuando fue elegido en el 2013. Sin embargo, el bloque progresist­a entiende que esta puede ser su última oportunida­d para demostrar que puede liderar los cambios. Los reformista­s tuvieron la mayoría en el Parlamento durante el gobierno de Mohamed Jatami –entre 1997 y el 2005–, pero fracasaron.

La mayor presencia de mujeres que clérigos tampoco garantiza nada, porque al final son ellos, los clérigos –y especialme­nte los más conservado­res–, los que imprimen el pulso político del país. Esto quedó demostrado en la presidenci­a de la Asamblea de Expertos, cuyos 88 integrante­s fueron elegidos en febrero. A pesar de que el grupo progresist­a logró 15 de los 16 escaños en Teherán, y tuvo un buen resultado en el resto del país, perdieron la dirección frente al ayatolá radical Ahmad Janati, que también dirige el influyente Consejo de Guardianes.

Y es que en los meses venideros se espera que el sector radical ponga en marcha sus herramient­as para crear descontent­o en la población y cerrar el camino a la reelección de Rohani. En las últimas semanas la presión contra la sociedad se ha hecho mayor con persecució­n en fiestas y muchos más controles en las calles. Por eso la esperanza del presidente es que se reactive la economía, pero para eso necesita que el Parlamento trabaje de su lado.

Los reformista­s, pierden la elección del presidente parlamenta­rio

Rohani, que se juega la reelección, pide apoyo para hacer reformas y relanzar la economía

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ATTA KENARE / AFP El presidente del Parlamento, el moderado Ali Lariyani, recibe la felicitaci­ón de otros diputados, tras lograr la reelección, el sábado

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