Colau mejora su expectativa de voto, según el barómetro
BComú volvería a ganar las elecciones municipales por delante de ERC y de Convergència
Fotografía tomada entre el 17 y el 25 de mayo pasados. Ada Colau cierra esos días los flecos que le permitirán ampliar definitivamente su gobierno de once concejales sumando el apoyo de los cuatro ediles del PSC. Los problemas derivados de la desokupación del Banc Expropiat de Gràcia todavía no se reflejan en la nueva entrega del barómetro semestral del Ayuntamiento de Barcelona, coincidente con el primer aniversario del triunfo de BComú en las elecciones del 24 de mayo del 2015. Un año después de la llegada de Ada Colau a la alcaldía, la hegemonía de la antigua activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) en la política barcelonesa muestra claros síntomas de consolidación. Si las elecciones municipales se celebraran en este momento, BComú no sólo revalidaría la victoria sino que mejoraría los resultados del año pasado.
El barómetro refleja una intención directa de voto para los comunes del 17,9%, 4,7 puntos por encima del resultado cosechado el 24-M. ERC se confirma como la principal alternativa, con una intención de voto del 12,3%, por delante de su competidora en el ámbito del soberanismo, CiU, que pierde otro medio punto respecto al anterior barómetro (diciembre del 2015) hasta caer al 8,5% de intención de voto.
BComú, ERC y CiU ocupan el podio de este barómetro realizado a partir de 800 entrevistas por el Instituto DYM que, como es norma de la casa, no incluye ni estimación de voto ni de los concejales que podría obtener cada formación. A continuación, el PSC, que no acaba de remontar el vuelo (5,5%, ocho décimas menos que hace seis meses), pero que se beneficia del pinchazo de Ciutadans, partido al que el barómetro atribuye una intención de voto del 4,4%, la mitad que en el anterior sondeo municipal. Cierran el cuadro de las fuerzas políticas representadas en el Ayuntamiento de Barcelona la CUP (3,8%) y el PP, castigado siempre en todas las encuestas por debajo de sus posibilidades reales, con sólo un 1,6% de los votos.
La formación de Ada Colau ganaría de nuevo las elecciones y, además, la puntuación de la alcaldesa experimenta una ligera mejora respecto al anterior barómetro semestral. Sin embargo, esta media de 5,4 es todavía inferior a la de los líderes de CiU y ERC, Xavier Trias y Alfred Bosch, respectivamente, puntuados con un 5,5. Hay una explicación: Colau recibe muchos más ceros que sus contrincantes, quienes no simpatizan con la alcaldesa no tienen ningún reparo en darle la nota más baja. Y lo que evidencia la encuesta del Ayuntamiento es que a Colau la conoce prácticamente todo el mundo: sólo el 1,4% de los entrevistados no sabe quién es.
Como suele ocurrir en este tipo de estudios demoscópicos, el gobierno de turno puede encontrar motivos de satisfacción mezclados con notas inquietantes. El primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello, se apresuró a destacar el aspecto más positivo para el equipo de Ada Colau: la valoración de la gestión del Ayuntamiento de Barcelona es la mejor de la serie histórica desde marzo del 2004, en vísperas del Fòrum de les Cultures y cuando el socialista Joan Clos poseía la vara de alcalde. Un 52,5% de los encuestados califican esa gestión de buena o muy buena. Con todo, es prácticamente el mis-
LÍDERES QUE APRUEBAN La puntuación de Xavier Trias y Alfred Bosch supera a la de la alcaldesa
UN FACTOR QUE NO CUENTA La encuesta fue realizada justo antes de los incidentes en las calles de Gràcia
mo resultado que se daba en junio del 2015, cuando el gobierno de Xavier Trias apuraba sus últimos días y el 52% de los entrevistados calificó en términos positivos su actuación. De poco le iba a servir, como demostraron los resultados del 24 de mayo del año pasado.
Otro indicador del barómetro podría enfriar el optimismo del equipo de la alcaldesa. El 33,6% de los barceloneses, según esta encuesta, cree que la ciudad ha empeorado en el último año. En este punto la división de opiniones es muy grande, ya que el 32,8% opina todo lo contrario. Claro está que, también en este apartado, el gobierno municipal puede optar por ver el vaso medio lleno: el porcentaje de los entrevistados que creen que la ciudad mejora es superior en ocho puntos al que se registraba en el barómetro del pasado invierno.
El barómetro registra, por otra parte, una clara mejora en la valoración que los barceloneses hacen del gobierno de la Generalitat presidido por Carles Puigdemont. La mitad de los entrevistados aprueba esa gestión, casi 25 puntos porcentuales más que en la anterior encuesta. En cambio, el gobierno en funciones del PP no convence a la mayoría de entrevistados. Así el 83,3% califica su gestión de mala o muy mala y sólo el 5,8% la tilda de buena o muy buena. En este sentido, la valoración del Gobierno español alcanza su punto más bajo de los últimos cinco años.
Lo que no cambia es la percepción de que el paro y las precarias condiciones de trabajo son el principal problema de la ciudad. Esta es la opinión del 24,6% de los entrevistados. Las desigualdades sociales y la pobreza pasan a ser el segundo
RÉCORD DESDE EN EL 2004 Más de la mitad de los entrevistados califican positivamente la labor del Ayuntamiento
DIVISIÓN DE OPINIONES Empate técnico entre quienes creen que la ciudad mejora y los que dicen lo contrario
problema más citado por los barceloneses (6,9%), mientras que la gestión política municipal aparece por primera vez en el tercer lugar de la lista, de nuevo como consecuencia de las opiniones extremas que sucita la actuación de la alcaldesa Ada Colau. El turismo y la inseguridad completan la relación de los cinco principales problemas de la ciudad según los barceloneses.
“A pesar de las dificultades de este año, los ciudadanos avalan claramente la gestión municipal”, sentenció el primer teniente de alcalde, Gerardo Pisarello. El portavoz convergente, Joaquim Forn, restó importancia al hecho de que tanto BComú como ERC aparezcan por delante en las encuestas. “Estamos a tres años vista de las elecciones. Somos conscientes de que tenemos un reto por delante, somos un partido sin un candidato oficial”, recordó Forn. Por su parte, Alfred Bosch sacó pecho convencido de que el barómetro confirma que ERC es la alternativa de gobierno en Barcelona. Mientras, el popular Alberto Fernández está convencido de que si la encuesta se realizara ahora, tras los incidentes de Gràcia, las valoraciones sobre la gestión política de Colau serían peores.