Arte a cambio de vida
La subasta de ‘Nu sur nu’, propiedad de Médicos sin Fronteras, bate el récord de Duchamp
La venta en subasta de un cuadro de Duchamp propiedad de Médicos Sin Frontera por 1,4 millones de euros permitirá a esta entidad sufragar el trabajo de 25 galenos durante un año, una lección sobre lo relativo que es el valor del arte, sobre todo cuando se compara con el de una vida humana.
Como el deporte, el arte vive de récords. Y París ha batido uno, mundial: el de una obra de Marcel Duchamp –en este caso Nu sur nu, desnudo sobre desnudo–, vendida en subasta. En el palacete que Artcurial ocupa en la rotonda de los Champs Elysées, un “coleccionista internacional” se llevó el Duchamp al agua, tras dura batalla telefónica y vía internet, por 1.417.020 euros, sumados los gastos.
Es decir que duplicó el pico (700.000 euros) de la estimación establecida por Bruno Jaubert, director de arte impresionista y moderno en Artcurial y responsable de dos jornadas con el Duchamp como centro, pero también obras de Magritte, Dalí, Ernst.
Clasificado por Francia tesoro nacional, incluido en las retrospectivas más importantes del artista (Tate, MoMA, Pompidou) el cuadro fue pintado “entre 1906 y 1910, o 1911”, según la imprecisa evocación del propio Duchamp (1887-1968). Justificada: “En aquella época, yo flotaba entre diferentes ideas, fauve, cubista, con intervalos más clásicos”.
Duchamp, heraldo avant la lettre, con su célebre urinario, del “todo es cultura” impuesto en Occidente hace medio siglo, prefería jugar al ajedrez, seducir o discutir, que pintar. Uno de esos detalles que gustan al mercado, porque encarecen la obra.
“Además de poco numerosos –puntualiza Jaubert– sus cuadros están casi todos en museos o fundaciones; fuera del mercado. Y si mi estimación fue tan tímida como en definitiva, y aunque sea un récord lo que se pagó por el cuadro, se explica por la etiqueta de tesoro nacional. Esa clasificación impide al cuadro salir de Francia”.
Nu sur nu es un óleo que representa a una mujer desnuda, el vientre ligeramente abombado –detalle que los biógrafos de Duchamp subrayaron: anticiparía el embarazo de la posible modelo, Jeanne Serre, la madre del único hijo del pintor–, de pie, los brazos a lo largo del cuerpo.
Su cabellera verde justifica el primer título que puso Duchamp: Femme aux cheveux verts. El color de la esperanza o probablemente inspirado en un verso de su amigo Apollinaire: “Esas hadas cuyos cabellos verdes encantan el verano”. O bien en “una de esas sirenas con cabellos del color del mar, de las leyendas escandinavas”
En segundo plano, bajo una nube de un azul profundo, que traduciría los cielos de Paul Verlaine, de acuerdo con algunas interpretaciones, o también los versos de Paul Éluard o André Breton, poetas surrealistas contemporáneos de Duchamp, aparecen otras dos piernas de mujer. En este caso, en posición horizontal.
Eso, sumado al posterior embarazo de Serre, también modelo del enigmático Deux nus, hoy en el museo nacional de arte moderno del Centro Pompidou, explica que un historiador del arte haya vislumbrado en el cuadro “la evocación de la condición femenina y del embarazo, el origen del mundo y el núcleo del misterio femenino”. Y subraya la importancia del cuadro porque “refleja el lapso en el que Duchamp, influido por el simbolismo, se aleja del fauvismo”.
Esos expertos, que de las fechas avanzadas por Duchamp para datar el desnudo prefieren la de 1911, subrayan que, en tal caso, precedería nada menos que a su célebre Nu descendant l’escalier, desnudo bajando la escalera, obra cubista que Duchamp pintó especialmente para el salón de los independientes de París de 1912. El jurado temió un escándalo –no por el desnudo, sino por su ejecución cubista– y rechazó el cuadro.
La polémica se desarrollará en 1913 y en inglés: el desnudo es expuesto en Nueva York. Un coleccionista lo compra y lo dona más tarde al Philadelphia Museum of Art, que puede jactarse de poseer la que según los historiadores del arte es una de las obras mayores del siglo XX.
En fin, Nu sur nu pertenecía a Médicos sin Fronteras, donado por Julia Fawcus, viuda de Arnold Fawcus, editor de Duchamp y sobre todo su amigo. “Estamos muy satisfechos por este resultado que permitirá financiar, durante un año, la movilización sobre el terreno de 25 médicos”, explicó en Artcurial Stéphane Roques, director general de Médicos sin Fronteras.
Algunos historiadores ven en la obra la evocación de la condición femenina y del embarazo